El proyecto Cabezo Redondo participa en una investigación
internacional que aborda la evolución genética en la península Ibérica
en los últimos 10.000 años.

Muestras procedentes de diferentes tumbas
del yacimiento han permitido definir genéticamente a las sociedades de
la Edad del Bronce, evidenciando el predominio genético de poblaciones
de origen estepario.

La península ibérica fue un cruce de caminos durante cientos de miles de años. Aquí llegaron tanto los humanos que salieron de África como las civilizaciones procedentes de Asia, Centroeuropa, Europa del este y del sur. Algunos se quedaron, otros estuvieron de paso, pero las huellas de su presencia han quedado grabadas en los genes de los habitantes del territorio que ahora ocupan España y Portugal.

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Un equipo de más de un centenar de científicos publica en la revista ‘Science’ el análisis genético de más de 400 personas fallecidas en la península Ibérica en épocas antiguas de los últimos 8.000 años.

El pasado 22 de septiembre, uno de los autores principales del estudio, el genetista estadounidense David Reich, ya adelantó parte de sus resultados en un evento organizado por la revista New Scientist. “La colisión de estas dos poblaciones no fue amistosa, sino que los hombres llegados del exterior desplazaron a los hombres locales casi por completo”, declaró entonces, antes de decidir guardar silencio hasta la publicación de su trabajo.

La península ibérica fue una de las zonas de Europa donde más tarde llegó la agricultura, hace menos de 8.000 años. El origen de las poblaciones que trajeron los cultivos y el ganado a España y Portugal —que a su vez ayudó a la aparición de las primeras ciudades, el Estado, las religiones organizadas, las clases sociales y la desigualdad— es aún bastante desconocido.

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