Hace unos días, me comentaba un amigo: «Paco, si tú has sido siempre una persona políticamente independiente, un profesional de Banca que nunca se ha interesado por la política, ¿qué haces metido en ella?, ¿qué lo haces por dinero?» Le conteste: «Nómbrame a alguien que no lo haga por dinero salvo Trump». Entiendo que es lógico que si desarrollo una labor profesional correctamente, me sea remunerada como a cualquier otra persona que desempeña un trabajo. También os confieso que es cierto que la política me interesa muy poco y menos aún de la forma que está actualmente establecida.
Mi visión política es utópica y difícil de poner en práctica porque habría que dejar a un lado los intereses personales y pensar más en los generales que a mi entender deben ser el objetivo de cualquiera que se digne considerarse político. Pero a ver quién le hace entender esto a los que actualmente dirigen nuestras instituciones. Bueno, después de este paréntesis y siguiendo con mi amigo, le impelé a que me nombrase a alguien de los que están en el panorama político actual que haga su trabajo sin percibir nada a cambio. No me supo nombrar a nadie, aunque muchos, claro está, también se escudan en que lo hacen por su país, por su comunidad, su provincia, y su ciudad.
Quiero hacer cosas por ella y por sus gentes es la respuesta habitual, pero con la intención no basta. Hay que ponerse a ello. Esto último lo dejamos para otro momento, y ojo me parece muy bien que la política esté remunerada. Espero que estéis de acuerdo conmigo. No nos engañemos, es un trabajo como cualquier otro, aunque algunos se empeñen en pensar otra cosa.
He de confesaros que mi vida profesional la he desarrollado principalmente en el sector de banca, y no me avergüenzo de ello. Soy lo que soy, aunque en estos momentos actuales parece ser que no está muy bien visto trabajar en este sector por lo ocurrido años atrás. Esto lo menciono por el motivo de que hay varios candidatos municipales que han sido empleados de banca o lo son todavía, y que se empeñan en ocultar su verdadera profesión. ¿No sé porque? No hay nada de malo en ello, pienso yo. Posiblemente estos consideran que les puede perjudicar políticamente… Que tontería. En fin habrá que preguntarle a ellos.
Bueno a lo que vamos. Llegan las elecciones y es la época en que nuestros partidos políticos exponen sus mejores productos en el mercado para ser comprados por el ciudadano de a pie.
Todos se esmeran en presentar el producto de la forma mas atractiva posible para conseguir el voto del ciudadano. Sobre todo el del más exigente, que no se casa con nadie, porque los que lo tienen muy claro, en el voto, afiliados, simpatizantes y familiares, no necesitan acudir al mercado. Van a votar a su partido de toda la vida, sí o sí, venda lo que venda y vaya quien vaya en su filas. Les da igual. Compran a ciegas y por catálogo.
Luego hay otros sectores de la ciudadanía que son los que a mí me interesan porque son los que me dan más confianza. ¿Sabéis por qué? Porque no están ciegos y miran y remiran el producto, lo analizan y lo comparan antes de comprarlo, y si no lo ven claro no lo hacen. Apuesto por estos últimos porque entiendo que son los que ven las cosas de una forma más objetiva y más madura y son los que al final decantan la balanza de un lado u otro sin influir nadie en ellos, que es, a mi entender, lo más correcto. Estos, por cierto, son los que más cuestan de convencer y los partidos lo saben.
Los partidos políticos se empeñan en presentar programas políticos extensos que casi nadie lee y que luego si los analizas una vez finalizada la candidatura no se cumplen ni en un 20%. Si no me creéis hacer la prueba y ya me contareis. En mi opinión, más que programas o estrategias políticas, como prefiráis, deberían de ser “Programas de Intenciones”. Entiendo que estaría mucho mejor decir llevamos intención de llevar a cabo esto o aquello, más que vamos hacer esto y esto otro. Vamos, es una opinión personal.
Comento lo de “Programa de Intenciones” porque como todo programa debe ser en primer lugar consensuado. Sí consensuado ¿Me preguntareis cómo es eso? Pues está claro: el político, como siempre, solo se mira su ombligo y no sabe que una vez llegue al Ayuntamiento lo primero que debe hacer, antes de todo, si quiere hacer las cosas bien, es en primer lugar hacer equipo y consenso, con los trabajadores del Ayuntamiento (por la sencilla razón de que éstos son los que están y seguirán estando una vez que no estén ellos y porque son conocedores como nadie de las necesidades que tiene nuestra ciudad, no como el político que al fin al cabo esta de paso, salvo excepciones, y que solo tiene ansias de hacer y hacer cosas en el corto espacio de tiempo que dispone), con los representantes de los sectores de la ciudadanía más importantes y con los ciudadanos que libremente quieran aportar su granito de arena, que los hay.
En segundo lugar exponer los temas que llevan en su programa de intenciones, para que éstos den su opinión y aporten lo que estimen oportuno. Esto es primordial. Antes de iniciar una labor tan ardua como la puesta en marcha de un programa que va a definir el destino de la ciudad y sus ciudadanos durante los próximos cuatros años, si esto no se hace correctamente, volveremos a caer en los mismos errores del pasado.
El político no puede imponer ni desarrollar un programa en solitario y si lo piensa está equivocado. Si quiere que su gestión tenga éxito deberá contar en su equipo con los funcionarios y los representantes de los sectores mas importantes de la ciudad y ciudadanos que quieran participar, porque aquí todo el mundo tiene cabida (me viene a la memoria un presidente norteamericano que decía “los ciudadanos en su tiempo libre deberían de dedicarse a la política, deberíamos ser más participativos”). Solo de esta manera su éxito estará garantizado.
Yo personalmente no soy partidario de programas amplios, prefiero programas cortos, claros, consensuados y alcanzables que vayan directos a solucionar y realizar los principales problemas y necesidades que puede tener nuestra ciudad, para eso, claro está, hay que escuchar como he dicho a la ciudadanía y a los trabajadores de nuestro Ayuntamiento. Roma no se hizo en un día. Dejemos algo para los que vienen detrás.
Espero que los candidatos sean inteligentes y consecuentes, que me consta que lo son, y que hagan las cosas bien de una vez por todas pensando en el interés general, y más ahora que el Ayuntamiento ha recuperado sus arcas gracias a la buena gestión de los que actualmente dirigen el mismo, a pesar de las críticas que reciben, que no son perfectos, nadie lo es, que se equivocan como todos, el que no lo intenta no se equivoca.
También hay que saber rectificar. Ahora es el momento de solucionar y de invertir bien. Vamos a hacerlo con cabeza. Y una cosa más. Tanto el equipo que gobierne como la oposición tiene mucho que decir en todo esto. No nos relajemos por favor. Procuremos hacer desde el lugar que ocupemos política constructiva entre todos, en lugar de entrar en guerras internas que no nos llevan a ningún sitio. Os lo pido por favor.
Pensar en vuestra ciudad y en vuestros ciudadanos e intentar llevar a cabo actuaciones conjuntas, porque no hay nada de malo en ello y esto, a su vez, demuestra la madurez política, que sé que lleváis dentro. Ser consecuentes y objetivos y tener en consideración aquellas propuestas que puedan ser interesantes para nuestra ciudad, independientemente de dónde provengan. De esta forma seguro que las cosas nos van a ir mucho mejor a todos.
El ciudadano os ha puesto ahí para trabajar y colaborar en equipo y si hace falta unirse en algún momento, no pasa nada. Todos queremos lo mismo, lo mejor para nuestra ciudad y nuestros ciudadanos. Un abrazo amigos políticos. Que os vaya muy bien en las próximas elecciones. Yo desde aquí os seguiré enviando propuestas por si os resultan necesarias. También seré crítico cuando tenga que serlo. Humanos somos todos, y como no, alabaré vuestros aciertos, que espero que sean muchos porque estáis preparados para ello, sin ningún tipo de partidismo, reitero. Pensad en vuestra ciudad y en todos nosotros, es lo único que se os pide. Ánimo. Un abrazo.