Por muchos lugares del mundo son muchas las personas que han sido testigos de «el hombre del sombrero (Hat man)». Siempre con aspecto masculino, esta entidad en forma de sombra se muestra amenazante como si esperase obtener algo.
Existen dos clases de esta entidad, por una parte existe la sombra con
sombrero tipo «fedora» que es la más común, algunos dicen que a veces
lleva consigo un reloj de oro, otros testigos comentan que tiene ojos
rojos brillantes, incluso se ha llegado a ver esta sombra con unos ojos
negros más oscuros que las tinieblas.
La segunda clase son los que llevan sombrero de «copa», hay menos casos
de este segundo tipo, incluso dicen que trae desgracias a los que los
ven.
«CASO «HAT MAN EN» VILLENA»
La historia que vamos a contar sucedió en la barrio de «la Morenica» de Villena, concretamente en la década de los 90.
Inés y Roberto era un matrimonio de recién casados, compraron un piso
bastante bonito y acogedor, tampoco era una gran maravilla pero ellos
eran felices en cualquier lugar.
Un día estaban de mudanza, Inés estaba limpiando el baño mientras su
marido estaba subiendo muebles entre otras cosas más con un amigo suyo,
cuando de repente la chica sintió un escalofrío por su espalda junto con
una presencia detrás suyo. En principio creyó que era su marido, pero
al mirar más detenidamente allí no había nadie. Inés lo achacó al
cansancio de esos días, entre el trabajo y la mudanza tenía mucho
estrés.
Pasaron un par de semanas y ya estaban acomodados en el piso, Roberto
notaba que su mujer estaba bastante rara últimamente desde la mudanza.
El chico le preguntó porqué estaba tan taciturna, a lo que ella le dijo
que no era nada, que no pasaba nada.
Esa misma noche ocurrió algo que Inés nunca olvidará. Ya acostados, Inés
no podía pegar ojo, Roberto estaba ya dormido cuando de repente se
empezaron a escuchar golpes; «Toc… Toc… Toc…» A cada rato se
escuchaban tres golpes con la misma intensidad, la chica fue a ver que
era lo que estaba sucediendo, provenía de la puerta que daba a la
escalera, de nuevo los tres golpes, Inés iba poco a poco acercándose la
puerta, los sonidos se intensificaban a lo que ella grito: «¿Quién es?»
Al decir en voz alta estas palabras de repente esos dichosos golpes
pararon, nuestra protagonista miró por la mirilla de la puerta pero
estaba muy oscuro, encendió la luz del recibidor, se armó de valor y
abrió la puerta, nada más abrirla sintió en su rostro una extraña brisa
bastante fuerte y de malas sensaciones.
A parte de todo esto parecía que todo estaba correctamente, salió al
portal y nada, allí no había nadie. Estando todavía fuera se quedó
totalmente paralizada, ¡Escuchó esos mismos golpes dentro de su casa!
Cerró la puerta rápido, sentía de nuevo aquella presencia de otros días,
una presencia pesada e intimidante, caminó unos metros por el pasillo y
casi llegando a su habitación miró hacia atrás, ¡no podía creer lo que
estaba viendo, era una sombra alta y muy oscura, con un «sombrero de
copa» y lo que parecía una larga nariz!
Inés entró en su habitación y llamó a su marido, le comentó lo sucedido,
pero él no le creyó del todo, le dijo que seguramente su imaginación le
había jugado una mala pasada.
Pasaron unos meses e Inés cayó enferma y tuvieron que ingresarla en el
hospital, Roberto estuvo cuidándola muchos días en el hospital. Unos
días después la madre de Inés decidió cuidarla un fin de semana y el chico
volvió al piso, cansado decidió darse una ducha e intentar dormir un
poco, aunque la preocupación por su mujer no le dejaba descansar.
Cuando él estaba a punto de dormir, en la cocina se escucharon ruidos, Roberto
se levantó y sintió una rara presencia, tenía la sensación que allí
había alguien, pero sabía perfectamente que estaba solo.
Miró en la cocina y en el cuarto de la lavadora, pero todo estaba en
orden. Decidió irse de nuevo a la cama, justo cuando estaba por el
pasillo se fijó al fondo donde estaba la puerta de la
escalera, ¡había algo allí, era la misma sombra que comentó Inés,
Roberto quedó unos segundos paralizado, esa sombra se tambaleaba de un
lado a otro! El chico encendió las luces y la sombra desapareció.
Al poco de esto a Inés le diagnosticaron una grave enfermedad y al cabo de unas semanas Roberto se quedó sin trabajo. Estuvieron pasando una mala racha, se quedaron sin piso y tuvieron que
volver con sus padres. Actualmente ellos están bien, Inés se recuperó
bastante y Roberto está trabajando en un nuevo empleo, ellos no quieren
recordar aquella época tan trágica que les tocó vivir. En cuanto al piso lo volvieron a comprar otras personas, ¿volverán a ver a esa sombra?
«EL HOMBRE DEL SOMBRERO EN PARÁLISIS DEL SUEÑO»
En la fase de la parálisis del sueño muchas personas llegan a ver
sombras, sentir presencias y a sentir mucha angustia. A parte de esto
muchas personas han llegado a ver a «el hombre del sombrero» en este
trance. Cuándo lo ven, sienten una presión enorme y se sienten muy
observados pasándolo realmente mal.