Ayer lunes se llevó a cabo la Junta de Gobierno del Consorcio de residuos zonal 8A3, y tal y como ya avanzó en su día su presidente y alcalde de Villena, Francisco Javier Esquembre, se tomó la decisión por unanimidad de poner punto y final, en el plazo de unos 20 días, a la entrada de basura procedente de la Vega Baja, residuos que estaban llegando a la planta de Vaersa desde hace tres años, y un mayor medida de manera extraordinaria desde que se cerró la planta de Crevillente el pasado mes de septiembre.
Debido a cambios de agenda por parte de Joan Piquer, director general de Cambio Climático y Calidad Ambiental de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana, ayer por fin se dio el visto bueno, para que, tanto en la planta de Villena como en la de Xixona, se ponga fin a un problema medioambiental que ha afectado a ambos municipios, desde que se ordenó el cierre de la planta de Crevillente.
«Nunca es tarde si la dicha es buena», ha manifestado esta mañana el primer edil de la ciudad; al tiempo que ha declarado que «si todo va bien, a partir del 21 de junio no entrarán más residuos procedentes de la Vega Baja»; basura, que en un principio, irá a parar a una planta situada en Murcia. Hay que reseñar que tras el cierre por orden judicial de la planta de la Vega Baja, Villena había sido la elegida para albergar de manera urgente estos residuos. Con todo, Valencia recibirá, en principio, junto a la planta alicantina de Fontcalent, las basuras que llegan a Villena, una media de 1.550 toneladas al mes. «La insistencia del ayuntamiento de Villena pone fin a una etapa muy costosa», ha declarado Esquembre.
Existen cosas que pulir, «por eso no hay que lanzar las campanas al vuelo», indica Esquembre. Queda mucho trabajo por delante, como es apostar por el plan de gestión de residuos, el modelo de los ecoparques, tanto los móviles como los fijos, o el problema con los curtidos y la mejora de la recogida selectiva. «No obstante, los informes de la Generalitat Valenciana están muy avanzados», apunta, al tiempo que ha señalado que Vaersa será la encargada, como empresa pública, de realizar una serie de mejoras en sus instalaciones. «Ya han comenzado instalando una cámara web que controla los accesos a la planta, aunque debe de realizar algunas mejoras, como es el caso del techado para evitar que los olores se escapen», al tiempo que ha confirmado que todavía no ha abonado al consistorio los sensores que situó el ayuntamiento para captar los picos de olor.