El pasado fin de semana C.D.M.E. Trail Villena estuvo compitiendo en diversos puntos de la geografía española, y de los resultados obtenidos por sus componentes pasamos a informaros.

GRAN TRAIL DE PEÑALARA 2016

El pasado viernes día 24 de junio se daba la salida a las 23:30 horas desde la Plaza de Navacerrada (Madrid) a una nueva edición del “Gran Trail de Peñalara” con un recorrido de 114 kilómetros y 5.100 metros de desnivel positivo.

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C.D.M.E. Trail Villena estuvo representado en esta prueba de ultra distancia por Rober Martínez Menor que después de recorrer 81 kilómetros y casi 4000 metros de desnivel positivo tuvo que abandonar porque se le cerró el estómago y no podía comer para meter energía en el cuerpo, pero hay que ver el lado positivo y sin duda que los kilómetros realizados representan un gran entreno para su gran objetivo de este año que es ser finisher en el Ultra Trail de Mont Blanc que se celebrará el próximo mes de agosto en Chamonix (Francia).

Rober nos cuenta en primera persona su experiencia en esta carrera:

“Llegábamos a Navacerrada con muchas ganas después de hacer la carrera el año anterior. Ya conocíamos el recorrido perfectamente y lo habíamos visualizado muchas veces para ver en qué puntos podíamos recortar tiempo. La idea era salir tranquilo pero sin ir relajado, tratando de coger el ritmo de ultra adecuado. Una carrera así de larga hay que tomársela con tranquilidad, puesto que hay tiempo para todo, tanto para perder muchos minutos como para recuperarlos.

Rober

Este año se adelantaba la carrera media hora, así que a las 23:30 se daba el pistoletazo de salida desde el Paseo de los Españoles de Navacerrada. Primeros 2 kilómetros por el asfalto de la localidad para posteriormente adentrarnos en la pista de La Barranca, ya en una subida tendida, aproximándonos a la primera subida fuerte de la carrera, La Maliciosa, donde se llega a más de 2000 metros de altitud. Una subida donde por momentos cuesta coger ritmo, ya que todavía no se ha separado la gente y vas en fila india. Poco a poco iban pasando los metros (había que subir más de 1000 positivos hasta la cima, situada en el kilómetro 8’5 aproximadamente) y las piernas se encontraban mejor. Este año decidimos salir con bastones, y qué diferencia con el año anterior. También el clima era más benévolo y no había tanta humedad y calor como en la edición de 2015, donde a estas alturas ya estábamos empapados en sudor. La subida iba pasando, el ritmo era bueno. No miré el reloj en todo el tramo puesto que sabía que solo había que subir y subir hasta llegar al control y así fue, pasando en 1:32 por el vértice geodésico, 14 minutos más rápido que el año anterior.

Las sensaciones eran buenas, así que guardamos los bastones y empezamos el descenso. Un descenso de unos 9 kilómetros hasta el avituallamiento. Bajada complicada, por tramos algo técnica, donde la piedra suelta la hace muy incómoda, así como algún momento puntual más vertical, donde es fácil tener un traspiés y ahí acaba tu carrera. Vamos corriendo y las piernas parece que están mejor y más sueltas. No hay dolores y vamos adelantando a varios corredores. Los kilómetros pasan y llegamos por fin al avituallamiento. Bebemos algo, rellenamos agua y seguimos. Ahora viene la subida a La Pedriza. Una subida corta pero intensa, donde adelanto a más corredores. Me estoy encontrando muy bien subiendo y eso me da ánimos para empujar hacia arriba con fuerza. Coronamos La Pedriza y ya nos dirigimos hacia el siguiente avituallamiento en Hoya de San Blas, justo antes de comenzar uno de los tramos largos de subida, el puerto de La Morcuera, con unos 12 kilómetros. Ahí alcanzo a unos compañeros de Elche que sé que llevan buen ritmo, lo que me da subidón. Sigo a la mía, acompañando los pasos con los apoyos de los bastones. Las piernas siguen respondiendo y voy adelantando a gente en la subida de pista-senda. Van pasando los kilómetros y nos estamos acercando ya al avituallamiento, situado en el 39. Todavía es de noche, por lo que sé que voy mucho mejor de tiempo que el año pasado, ya que el amanecer me pilló justo en la pista de subida al puerto. El último kilómetro y medio es por una senda estrecha y con bastante pendiente, donde se suben bastantes metros en este tramo. Por fin, el avituallamiento.

Rober ascenso

De aquí hasta Rascafría, kilómetro 52, es todo bajada, salvo dos tachuelas de unos 200-300 metros que pican para arriba. Hay unos 13 kilómetros de pista-senda por los que se puede correr bien y fácil. Justo está pardeando y el frontal se me apaga. Me da un poco igual puesto que ya no hace falta. El recorrido es fácil y ya se empieza a ver sin necesidad de la luz artificial, así que no me paro para cambiar pilas y sigo corriendo.

Voy por sensaciones, sin mirar para nada el reloj, ni para ver ritmo ni para ver kilómetros. Sé que hay mucho tramo de pista y bajada, por lo que las referencias del año anterior me valen para saber más o menos cuánto me queda hasta el avituallamiento. No dejo de correr ni un metro y sigo adelantando a gente, mucho más dispersa ahora puesto que ya llevamos 7 horas de carrera y cada uno empieza a estar ya “en su sitio”. Pasan los metros, los kilómetros, se acaba la pista y por fin llegan los últimos metros de asfalto antes del avituallamiento. Al fondo se ve. Llegamos en 7h48’, casi 1h30’ antes que el año anterior. Y ahí, es donde va a empezar a torcerse la carrera. Intento comer algo pero no me entra nada. Pienso que no tengo hambre puesto que todavía es temprano, así que bebo algo y en poco más de 10’ vuelvo a salir para afrontar al parte más dura de la carrera, la subida enlazada del puerto del Reventón y la subida a Peñalara.

En ese momento está amaneciendo y hay un par de kilómetros que van pegados al río, por el carril bici de Rascafría. Hay mucha humedad y empiezo a tener mucho frío. Noto como que me quedo sin fuerzas. Lo fácil que llevaba las piernas en la bajada por la pista hacia el avituallamiento, ahora se convierten en dos losas pesadas que hasta me cuesta mover en este tramo llano de asfalto. Las sensaciones son malas. Total falta de fuerzas cuando empezamos a subir la senda que nos llevará a la pista del Reventón. Son casi 8 kilómetros sin un solo descanso, con muy poca sombra, en una pista que es muy incómoda de andar a tramos. Noto que voy muy flojo. El ritmo no es tan alegre como en la subida a La Morcuera. Me pasan varios corredores (raro, pero es de las primeras veces que en esta carrera me pasan subiendo, puesto que en las otras subidas fui a un buen ritmo). Veo a un compañero de Elche que lo está pasando mal, que le ha dado un bajón de tensión y ya ha decidido que lo va a dejar cuando llegue al avituallamiento. Con más pena que gloria llegamos hasta el puesto de avituallamiento. Intento comer algo pero el estómago está totalmente cerrado. Llego en poco más de 10 horas de carrera, todavía más de 1h15’ de adelanto con el tiempo del año anterior, por lo que la subida, a pesar de encontrarme mal, ha sido más de sensaciones que de ritmo.

En ese momento tengo dudas. Si no me entra comida ni bebida (salvo agua, que era lo único que me admitía el cuerpo), iba a ser difícil llegar hasta meta. Nos quedaban otros 55 kilómetros desde ese punto, además de la subida a Peñalara.

1 hora sentado en una silla, dudando sobre lo que hacer y hablando por Whats App con algunos compañeros del Club, hacen que descanse un poco y retome la carrera. En ese punto ya estaban 6 personas esperando para ser retiradas en coche hacia Navacerrada. Mis piernas no tienen muchas fuerzas para correr. No es un tema muscular, puesto que iba sin ningún dolor hasta ese momento. Es un tema fisiológico. Si no entra energía, es complicado poder seguir en carrera. Pienso que como toda la subida a Peñalara va a ser andando, intentaremos llegar hasta allí aunque se haga duro, a ver si podemos recuperar un poco las sensaciones y así, poder llegar al avituallamiento de La Granja, en el kilómetro 81, y comer algo sólido y salado.

La subida a Peñalara se hace dura. Es un transitar incómodo en una zona de sube y baja por senda estrecha, con vegetación baja, hasta que llegas a la Laguna de los Pájaros y ahí empieza “el calvario”. Ahí está la Cresta de Claveles, con sus enormes bloques de piedra, esperando para hacer duro el último tramo de subida hasta el pico. Con paciencia y poco a poco, vamos avanzando y subiendo. Los ánimos con otros corredores son constantes ya que es un tramo de ida y vuelta y nos vamos cruzando con diferentes compañeros que bajan ya desde el vértice. Llegamos al control de Peñalara en 13h19’ y ahora toca bajar hasta La Granja. Otros 10 kilómetros hasta el avituallamiento, de los cuales, los 2 primeros es volver sobre nuestros pasos por la Cresta de Claveles. Vamos bajando y la última parte de la bajada ya es más cómoda, intentando correr todo lo que se puede y el terreno lo permite. Ya van más de 75 kilómetros en las piernas y no se va tan fresco como en el kilómetro 25, pero nos vamos acercando al avituallamiento. Me noto muy flojo y solamente deseo llegar para poder comer algo. Sé que los últimos 35 kilómetros son los “más suaves”, que no fáciles. Ya se divisa La Granja, entramos por una recta asfaltada, que a esas horas y con el calor se hacen interminable y llegamos al avituallamiento.

Me siento en una silla a la sombra y cojo un plato de ensalada de pasta. Allí veo a Vicente, amigo y compañero, además de presidente del club de Los Machacapiedras de Elche. Me pregunta cómo voy y le digo que regular, que no puedo comer. Me comenta que a él le ha pasado lo mismo, que intente recuperar, pero que ellos han tenido que abandonar aquí, sin llegar a subir a Peñalara. Es un momento difícil, sé que los 35 kilómetros que queda no son los más duros, pero hacerlos andando significan más de 6 horas de carrera, y sin gasolina en el cuerpo, es muy complicado.

Después de estar más de 10 minutos pensando qué es lo mejor, después de hablar por Whats App con varias personas, decido que lo mejor es parar. No hay dolores y simplemente es un tema fisiológico, lo que no me permite meter energía al cuerpo. Y después de 15 horas de carrera y más de 7 horas sin comer nada sólido, no se puede continuar. Así que comunico a la organización que abandono la carrera y ahí, después de 81 kilómetros y casi 4000 metros de desnivel positivo, acaba mi GTP 2016.

Lo mejor, que ha sido un gran entrenamiento de cara al gran objetivo del año: UTMB, y además, no hemos tenido ningún dolor de los que habíamos sufrido las semanas anteriores.”

Rober y Depa

GRAN TRAIL DE SOBRARBE

El sábado día 25 de junio tenía lugar a las 6:00 horas en la localidad aragonesa de Aínsa la octava edición del “Gran Trail de Sobrarbe”, en la que C.D.M.E. Trail Villena tuvo representación en la persona de Raimundo Nus Giorgis.

Raimundo participó en la prueba del Gran Trail con una distancia de 71 kilómetros y 4.077 metros de desnivel positivo, si bien la organización daba la opción a los corredores de que pudieran concluir la carrera en la meta del maratón que se desarrollaba al mismo tiempo, tras haber recorrido 49 kilómetros y 2.522 metros de desnivel positivo, y Raimundo decidió finalizar allí la carrera porque no se había recuperado del todo del gran esfuerzo físico realizado la semana anterior donde corrió el maratón nocturno de Chiva (Valencia).

Raimundo concluyó la prueba del maratón en la posición 54 de la clasificación general con un tiempo de 7 horas 31 minutos y 54 segundos.

Raimundo

V CROSS LA ENCINA VUELTA AL ROCÍN

También el sábado día 25 de junio tuvo lugar la quinta edición del “Cross La Encina vuelta al Rocín”, en la pedanía villenera de La Encina dentro de su programa de fiestas, con un recorrido de 10,5 kilómetros que se desarrolló circundando la montaña del Rocín.

C.D.M.E. Trail Villena estuvo representado por varios componentes: David Francés López-Atalaya, Iván Berbegal Ibáñez, José María González García, Abel Fernández Alpañés, y Lorenzo Flor Gabaldón.

En los resultados obtenidos cabe destacar el triunfo de David Francés, el tercer puesto de Iván Berbegal, y la cuarta posición de José María González, y después de la carrera todos los atletas fueron premiados con gran almuerzo donde no faltó la típica gachamiga villenera en esta jornada lúdico-festivo-deportiva.

David Francés
Iván Berbegal
Grupo 1
Lorenzo y demás

XVII VOLTA A PEU A BOCAIRENT

C.D.M.E. Trail Villena también estuvo presente en la “XVII Volta a peu a Bocairent” celebrada el pasado sábado día 25 de junio en horario vespertino sobre un recorrido mixto de 9.000 metros, con una participación de 400 atletas.

Vicente Sánchez Pérez finalizó la prueba en la posición 61 de la clasificación general y 6 de su categoría veterano B, con un tiempo de 37m20s.

Vicente

TRIATLÓN DE SANTA POLA


Y ya por último el mismo sábado día 25 de junio tuvo lugar la “VI Edición del triatlón-cross Villa de Santa Pola”, que incluía la prueba de natación en circuito en el mar con una distancia de 1.000 metros, la prueba de carrera en bici de montaña con una distancia de 18.800 metros, y finalmente la prueba de carrera a pie por un circuito urbano de 4.800 metros.

C.D.M.E. Trail Villena estuvo representado en este triatlón-cross por Raúl Domene Catalán que finalizó en la posición 174 de la clasificación general con un tiempo total de 1h32m31s sumando los tiempos de las tres pruebas.

Raúl Domene bici
Raúl Domene corriendo

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