Esta semana no tengo más remedio que escribir con mucha calma. Seguramente párrafo a párrafo para no cansarme mucho. Siguen los problemas de visión y la quimio sigue haciendo su efecto, solo que su efecto ahora representa una bajada fuerte de defensas y plaquetas, de los índices hematológicos y eso me hace depender incluso para tener fuerzas de la generosa donación por parte de los donantes porque me hacen falta bolsas de plasma y plaquetas cada dos días más o menos.
Realmente no es el mejor momento y no obstante yo tengo poco derecho a quejarme. En estos meses desde que empecé el primer tratamiento incluso con las defensas bajas los problemas han sido menores: una mucositis que me tuvo 10 días comiendo por un tubo conectado a una vía, una reacción a la quimio que picaba bastante pero que mejoraba con medicación y el lógico agotamiento que forma parte del proceso: cansancio, dolor de huesos, debilidad muscular… pero aquí estamos… reviviendo esa situación pero con mayor cuidado por esta pandemia que nos afecta a todas y todos.
Si bien es cierto que ni los efectos nocivos -los médicos cuyo objetivo es limpiar la médula de células nocivas- ni los físicos molan… con tantas horas de aburrimiento a uno le da por pensar e imaginar… y el punto más bajo de recuentos es el punto Nadir… que a mi me suena a un oasis en el desierto… y allí que me pierdo yo… soñando con el Sáhara mientras tomo un té moruno y unas pastas… Bah imaginación y sueños: otra forma de viajar.
Hoy estaba de bajón y me han hecho falta refuerzos. Tal vez sea que mi confinamiento es más extremo, tal vez que ya llevo casi un mes… pero hoy necesitaba palabras de aliento y gracias a Asleuval y a la Fundación Carreras laa he encontrado. Por mucho que sea consciente de que esta circunstancia la voy a terminar superando, ayuda y mucho conocer ejemplos y casos de personas que ya han pasado por ella y que te dicen: Aunque parezca que todo va a ir mal, aunque las cosas vayan bien: sonríe, asume, resiste y confía en tu equipo médico… Y os reconozco: sus testimonios son un bálsamo.
Un bálsamo calma pero la verdad que no resta noches en vela. Termino de escribir esta serie de párrafos a las 6:00 a.m. y lo hago a estas horas porque me he desvelado y como entre las 9 y las 10 tengo análisis, no puedo tomar nada ni que calme mi sed ni que me permita recuperar el sueño.
Habrá quien me diga «Haz ejercicios de relajación»… los he probado pero no me acaban funcionando. Cuando mi cerebro está activo lo está hasta que dice «a descansar» pero bueno… aprovecho este tiempo robado a la noche para desearos una feliz semana, mucho ánimo en este confinamiento y mandaros un mensaje de esperanza. Este tiempo de COVID19 pasará y podremos celebrar de nuevo en las calles, paciencia y ánimo. Fortaleza y resiliencia.
Y por mi parte creo que mi aportación semanal por hoy ya ha llegado a su fin, y como reconozco que tengo cierto agotamiento de ideas -con el doble confinamiento mi mundo se ha hecho más pequeño- igual la semana que viene os dejo un descanso, aprovechando que es Semana Santa porque dicen que todo el mundo tiene cosas que decir, otra cosa es que merezca que se digan, y yo creo que un tiempo para mis ideas va a venirme muy bien. De todo corazón mil gracias.
Y por favor, no olvidemos que en este momento siguen haciendo falta vuestras almas generosas. Siguen haciendo falta donantes de sangre, de médula, de plaquetas. El COVID 19 no ha cerrado los centros de transfusión ni las necesidades por ello, un día más #DonaSangre #DonaMédula #DonaVida #venceremos #SéUnHéroe