El Ayuntamiento de Sax mediante la Policía Local del municipio ha informado a José P., que se está encargando de rehabilitar el Teatro Cervantes de la colonia de Santa Eulalia, que debe de abandonar el recinto, bien el lunes o martes de la próxima semana.
ÁGORA HABLA ha tenido la ocasión de hablar con José P., y éste se encuentra tranquilo. «Me llegó la notificación el pasado miércoles, por lo que bien lunes o martes tengo que dejar el teatro. Hay quienes buscan tesoros en esta colonia, sin darse cuenta que el mayor tesoro se cae», asevera el joven que vive junto a sus dos perros en este recinto que está siendo reformado por él mismo y de manera altruista.
«Después de casi 80 años, es oficial. El Ayuntamiento de Sax, junto al Seprona, va a vallar los edificios históricos y protegidos por ley desde hace unos años. Hablamos de auténticas obras de arte que durante todo este tiempo, se olvidaron de cuidar. A partir de próximo lunes o martes, ya no se podrán visitar. Mi pregunta es: ¿Ponen una valla para que nos sentemos con seguridad, a ver como desaparece toda esta parte de arte histórica?», declara José.
«No tengo ningún problema en que vallen los edificios. Es más, voy a centrarme exclusivamente en la rehabilitación del teatro. No descarto tener que pagar un alquiler simbólico a cambio de que en dos años yo mismo pueda devolver esta obra de arte totalmente restaurada», manifiesta José. Y es que este activista, ha llevado el caso hasta la UNESCO, «y estoy a la espera de que me contesten», admite.
José tiene claro que se va a actuar por parte de la administración, bien el lunes o el martes, y por ese motivo solicita que «por favor, durante un tiempo máximo de 2 años, pedimos nos concedan permiso legal para iniciar trámites y conseguir que sean diferentes los equipos artísticos profesionales y asociaciones sin ánimo de lucro, quienes lleven a buena finalidad la recuperación y conservación del Teatro Cervantes de Santa Eulalia».
El joven se compromete a que «todo trabajo de recuperación inicial será documentado y posteriormente compartido de forma pública, llegando en todo momento a permitir visualización in situ las prácticas artísticas empleadas», a cambio de que le dejen terminar lo que comenzó el pasado día 9 de febrero.
Por último, José P. va a intentar lo imposible: «De forma pública, confirmo que durante este fin de semana, solicitaremos permiso por escrito, a familias que actualmente nos consta, tienen título de propiedad de estas emblemáticas construcciones. Nuestra petición es clara, sincera y transparente», finaliza.