El hombre acusado de matar a su pareja en Villena golpeándola con una piedra ha alegado durante el juicio que fue un accidente y que la mujer se cayó a una acequia cuando él intentó apartarla, después de que le abofeteara y que fue entonces cuando se dio en la cabeza. Ha añadido, además, que el día que sucedieron los hechos, el 22 de diciembre de 2015, ambos habían consumido cocaína.

Así lo ha declarado durante el juicio celebrado este lunes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Alicante y que tiene previsto prolongarse toda la semana.

El procesado tenía un hijo en común con la víctima y la fiscal le imputa en su escrito de calificaciones los delitos de homicidio –con la agravante mixta de parentesco–, malos tratos habituales y malos tratos en el ámbito familiar, por lo que pide penas que suman más de 17 años de prisión.

Además, solicita la privación de la patria potestad y 90.000 euros de indemnización para los padres de la fallecida, más 36.000 euros para sus dos hermanas y 260.000 para sus dos hijos, menores de 14 años y que convivían con ella.

El ministerio fiscal sostiene que el día de autos la víctima decidió terminar la relación y echó al procesado de la vivienda, pese a lo cual éste insistió en continuar y quedaron para cenar. Durante la cena, siempre según el escrito de la fiscal, iniciaron una riña, que continuaron fuera del local, del que se marcharon en coche.

Al seguir la discusión, tras tomar una vía de servicio paralela a la autovía, la víctima paró el coche y salió del vehículo, seguida por el acusado, que «cogió una piedra de considerables dimensiones» y se abalanzó sobre la víctima, «golpeándola violenta y repetidamente en la cabeza hasta matarla, dejando luego el cuerpo oculto en unas zarzas que había, marchándose del lugar».

Durante el interrogatorio, el acusado ha indicado que en julio de 2015 retomó la relación con la víctima, con la que había estado hacía 15 años. Ha asegurado que la convivencia era «buena» y que no tenían «ningún problema» ni «discusiones». No obstante, ha reconocido que no tenía una relación cordial con la familia de su pareja, ya que cuando terminaron la primera vez él no se ocupó de su hijo y se desentendió de su manutención. Por esta circunstancia habían decidido pasar por separado la Nochebuena.

Asimismo, ha apuntado que la fallecida tenía «la mano larga y mucho carácter» y le incitaba a consumir droga. Ha relatado que el día de la muerte de su pareja ella propuso comprar un gramo de cocaína y que consumieron la droga, además de varias cervezas, un extremo que hasta ahora en sus anteriores declaraciones ante la Guardia Civil y el juez no había señalado.

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Según su versión, el día de autos, una vez habían terminado de cenar en una brasería e iban en el coche por la vía de servicio hacia Villena la mujer le propuso ir a comprar más droga, a lo que él respondió que si continuaban así después de las vacaciones de Navidad la iba a dejar. Ante esto, la víctima, que iba conduciendo, se enfadó y condujo de manera brusca, preguntándole por otra mujer, hasta que paró el coche con el freno de mano. En este momento, según ha declarado el enjuiciado, dio por rota la relación, se bajó del vehículo y cogió su macuto y las espuelas que llevaba en el maletero, ya que se dedica a la doma de caballos.

El acusado, según su testimonio, se dirigió andando hacia la población, cuando la mujer le abrazó por detrás y después de volver a discutir ella le abofeteó por detrás, y él intentó apartarla y le dio con las espuelas, por lo que ella perdió el equilibrio y cayó a la acequia que había al lado, donde había «una canal rota» con piedras y maleza y allí se golpeó la cabeza.

A continuación, ha relatado cómo intentó reanimarla, pensando que estaba mareada, y que la llevó hasta la pared de una caseta cercana con la intención de apoyarla. Cuando se dio cuenta de que no respiraba se le «cayó el mundo encima» y estuvo toda la noche «dando tumbos». Ha contado que fue a su casa, se duchó y tiró la ropa y restos de la droga a un contenedor «por miedo», y que después fue a casa de su hermana, a quien le contó lo sucedido y ésta le recomendó que fuera a la Guardia Civil.

Posteriormente, acudió al lugar de los hechos, donde movió el cuerpo a la parte trasera de la caseta para que no se viera y paró a un coche para que le dejara el teléfono móvil y llamar a la Guardia Civil, porque «no tenía saldo». Sin embargo, ha insistido en que en las horas posteriores al incidente estaba «ido» y no recordaba muy bien lo que ocurrió, entre otras cosas, que la mujer apareciera con el torso casi desnudo, que no se hayan encontrado sus efectos personales y que la hora de la muerte se fijara entre la 1.00 y las 3.00 de la madrugada, cuando él había indicado que salieron sobre las 22.00 horas. En todo caso, ha aseverado que él no cogió la piedra y no golpeó con ella a su pareja.

Medio desnuda

Por su parte, la agente encargada de la instrucción del caso ha declarado que le llamó la atención que la mujer apareciera sin ropa en la parte superior del cuerpo y con el sujetador medio quitado. A ello ha agregado que le faltaba una zapatilla y que no se hallaron efectos personales.

También ha expresado que destacaban varias lesiones «bastante fuertes» en la cara y en la cabeza, que daban a entender que no se habían producido por una caída.

Ha agregado que en las imágenes que pudieron ver de la pareja al salir del restaurante se les ve discutiendo y al acusado con una actitud «airada» y «agresiva», con el puño cerrado, una circunstancia que el procesado, durante su declaración, ha achacado a que levantó el mando del coche para abrirlo.

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