Este posts va dedicado a todas aquellas mamas que se encuentren amamantando a sus bebés, en especial a nuestra querida Laura Mota.
La lactancia materna está reconocida como la mejor opción para la alimentación infantil. La OMS (Organización Mundial de la Salud), recomienda que la lactancia materna exclusiva se prolongue hasta los seis primeros meses de vida y que posteriormente continúe hasta como mínimo los dos años de edad.
Entre los beneficios de la lactancia materna para la salud infantil, se encuentra un menor riesgo de padecer afecciones agudas como infecciones gastrointestinales, otitis media, asma, enfermedades respiratorias, entre otras, además de proteger de enfermedades crónicas como la Diabetes tipo II, enfermedad cardiovascular o la obesidad.
Para que la subida de leche en el purperio sea exitosa, no es necesario hacer malabares, para que suba la leche o para que mantenga la lactancia, solo hay que permitir que el bebé mame a menudo, «a demanda». Los bebés nacen sabiendo autorregular su ingesta con dos mecanismos innatos de autocontrol, que son : hambre y saciedad.
Debéis saber que la composición de la leche es diferente cuando el bebé empieza a mamar, que al final de la toma: la grasa, que es el nutriente que le aporta más calorías y sensación de saciedad, no sale al principio, sino al final de la toma. Si le damos el pecho al bebé en un tiempo prefijado, probablemente no le estemos dando ese aporte graso, con lo que el bebé tendrá que ingerir mucha más cantidad de leche para aportar las mismas calorías y estar más tiempo mamando para sentirse saciado, por lo que, «darle de mamar al bebé 15 minutos de cada pecho cada tres horas»….. puede no ser buena idea.
Debéis de tener paciencia, los recién nacidos tardan más en mamar que los bebés que llevan meses mamando. Saber que los pechos se llenan en función de cuánto se estimulen mamando, es decir, cuanto más mame el bebé, más se llenan.
En cuanto a la alimentación de la madre, no hay alimentos que alteren el sabor de la leche materna ni tampoco hay alimentos o sustancias que den más leche, como tampoco hay que beber agua por encima de la sensación de sed, ya que no hay pruebas suficientes que justifiquen una ingesta de líquidos más allá de lo que es probable que necesite la madre lactante para cubrir sus necesidades fisiológicas.
En cuanto a las calorías que debe ingerir la madre lactante, el apetito es el mejor indicador. Es cierto que el cuerpo de las mujeres que amamantan necesitan más calorías, pero eso no significa ni que tengan que ingerirlas todas, ya que algunas provendrán de las reservas grasas, ni que tengan que esforzarse en comer mucho.
Se recomienda consumir fruta fresca, desecada, frutos secos crudos o tostados, legumbres y cereales integrales, para asegurar un buen aporte de fibra y así evitar o disminuir el estreñimiento, si se padece.
Si eres mujer lactante, preocúpate de llevar una alimentación saludable, te ayudará a recuperar lentamente el peso previo y mantenerlo estable e influirá sobre la alimentación de los hijos, amamantados o no, ya que uno de los factores que más influye en la alimentación de nuestros hijos es el ejemplo que les damos con nuestra manera de alimentarnos.
En resumen: Relájate y disfruta
Espero que mis aportaciones os ayuden en este periodo de vuestra vida.