Efectivamente, no hay dinero suficiente. Apliquemos los planteamientos más pragmáticos y las cuentas no salen del todo. Por mucho interés que ponga el Gobierno nacional el dinero es el que hay y no pueden hacerse milagros.
Bien, vale, de acuerdo. Éste es el mensaje que la mayoría de los medios de comunicación recogen pero, como es sabido, la Economía no es una Ciencia y, por lo tanto, sus recomendaciones nunca tienen validez universal. Nunca.
La Economía trata sobre el modo de gestionar y administrar los recursos de una comunidad humana pero maneras hay muchas y variopintas. Las manifestaciones de la gente pensionista que se llevan realizando desde hace días y las previstas para las próximas fechas –mañana, la más inmediata- están avisando que los recursos están desigualmente gestionados. Que existen prioridades en el Gobierno nacional y que en ellas no está la de atender dignamente a una parte importante de la ciudadanía.
Porque se trata de dignidad humana, no de poner por delante el beneficio económico de empresas y bancos y tratar que los números cuadren. No, no. Los seres humanos no somos números. Somos la prioridad, tal y como queda reflejado en el artículo 22 de los Derechos Humanos: “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad”.
Es cuestión de dignidad. Ya ha quedado dicho. Por eso, hay que apoyar las movilizaciones y recordar a cualquier Gobierno que su primer punto de atención es atender dignamente a la ciudadanía y si no lo hace, se le cambia democráticamente.