Los agentes del Equipo
ROCA de la Compañía de la Guardia Civil de Ibi han identificado a
un total de 7 personas como los integrantes de un grupo criminal que
basaba su actividad en el robo de material de todo tipo para,
posteriormente, venderlo a los diferentes centros de reciclado y
chatarrerías de la provincia alicantina.
Durante los pasados
meses de enero y febrero de 2019, se cometieron cuatro robos con
fuerza en una nave industrial de mármol de Monforte del Cid, que
actualmente no tiene actividad comercial, de la que los autores
sustrajeron más de 400 kg. de cableado de cobre, transformadores,
motores, baterías, entre otros materiales susceptibles de ser
vendidos en centros de reciclado.
Los agentes del Equipo
ROCA de la Compañía de la Guardia Civil de Ibi, se hicieron cargo
de la investigación, la cual se iniciaba con escasos datos
identificativos desde los que partir.
A pesar de ello, los
agentes consiguieron ubicar en la zona una furgoneta con la que los
autores se desplazaban para cometer los diferentes delitos.
Tras numerosas
gestiones de averiguación, entre las que destacan 14 inspecciones a
chatarrerías y centros de reciclado de la provincia, se logró
identificar a 7 personas, vecinos de Alicante. Todos ellos son
miembros de un grupo criminal, cuyo modus operandi consiste en la sustracción de
materiales de todo tipo, preferentemente cobre y baterías, los
cuales son vendidos en diferentes chatarrerías, obteniendo así un
rápido y limpio beneficio económico. Además, para evitar ser
localizados por las fuerzas de seguridad, dividían las ventas en
pequeñas cantidades y entre varias personas y días, para así
dificultar la labor policial.
Así mismo, de las
inspecciones oculares realizadas por los agentes en la nave de
Monforte, se obtuvo que estas personas, mientras cometían los hechos
delictivos, comían y bebían dentro de la fábrica, ya que los robos
podían alargarse durante horas, siendo cometidos tranquilamente,
durante los fines de semana, cuando las empresas de las inmediaciones
se encontraban cerradas y no había actividad por la zona.
Cámaras de vigilancia
Como consecuencia de
sufrir estos delitos, los perjudicados decidieron instalar cámaras
de vigilancia, gracias a las cuales se consiguió esclarecer el
último de los cuatro robos, el cometido en febrero.
Gracias a las numerosas inspecciones realizadas por los agentes a los diferentes centros de reciclado, se ha podido saber que la cantidad de metales vendidos por estas 7 personas en lo que va de año es de 1.300 kg. siendo, en su mayoría, cobre y baterías, habiendo obtenido un beneficio económico de más de 2.500 euros.
Se les imputa un delito
de pertenencia a grupo criminal y 5 delitos de robo con fuerza en las
cosas. Todos ellos ya han sido puestos a disposición judicial,
quedando en libertad provisional con cargos, a la espera de juicio.