Diez años después de que el Pleno del Ayuntamiento de Elda
aprobara su denominación oficial: “Consejo de Desarrollo Económico y Promoción
Exterior”, por fin se ha constituido.

El
pasado 11 de febrero fue la primera reunión de este órgano consultivo, de
asesoramiento y debate que el responsable del área, Manuel Ibáñez, considera
imprescindible para dar voz y canalizar la participación de todos los sectores
relacionados con la actividad económica e industrial de la ciudad.

La práctica totalidad de las entidades y personas invitadas
acudieron a la cita, y en más de una ocasión los intervinientes se felicitaron
de que por fin se hubiera puesto en marcha un foro de estas características. Al
Consejo estaban convocadas las entidades: Fundación Museo del Calzado, Fundación
FICIA, INESCOP, AVECAL, AEC, CEEI-Elche, la UNED, Centro de Formación del SERVEF, JOVEMPA
Medio Vinalopó, Asociación de Comerciantes y Empresarios Fraternidad de Elda
(ACEFE), la Universidad
de Alicante y el IES “La
Torreta”. Además de los grupos políticos que forman la
corporación municipal y Comisiones Obreras.

El punto de partida esta primera convocatoria del Consejo
era un documento de síntesis, redactado por el propio concejal, en el que se
analizan las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades que presenta la
realidad económica actual en Elda y la comarca, tanto en lo que respecta a la
industria del calzado como a otras opciones de diversificación industrial,
huyendo de enfoques localistas.

Ágora Habla con el deporte local y comarcal, siempre en movimiento

Como todo documento de trabajo, fue cuestionado en algún
aspecto, aunque el fondo sirvió para despertar el debate, en gran parte
monopolizado, como no podía ser de otra manera, por la supervivencia del sector
calzado, aunque no faltaron las voces que alertaron de que hay que buscar
alternativas en otros sectores emergentes para mantener unos niveles de empleo
aceptables en el futuro.

A lo largo de dos horas de intervenciones, se cruzaron
puntos de vista desde todos los ámbitos representados: el político, el joven
empresario, el académico, los derechos laborales, la innovación tecnológica… en
una fructífera lluvia de ideas y opiniones que lo mismo que dibujaban un
panorama pesimista sobre la actual y futura realidad económica, también abrían
resquicios a la esperanza. El argumento que flotaba en el ambiente y que más de
una vez bajó a pie de la conversación era: tenemos una comarca, la del Medio
Vinalopó, en declive económico y tenemos que hacer algo, empezando por unir
fuerzas y “hacer pared”.

Como síntesis de todo el debate, Manuel Ibáñez destacó tres
palabras clave: Formación, Visibilidad y Diversificación Industrial, tres
conceptos que van a servir también para identificar las tres comisiones de
trabajo que hay intención de crear en el seno del Consejo. El objetivo es que
estas comisiones se organicen de manera autónoma para facilitar la
operatividad. Ibáñez invitó a los representantes en el Consejo a que se
adscriban a la que consideren más adecuada o apetecible, o a más de una si lo
prefieren. En todo caso, y como señaló en una de sus intervenciones, “el
protagonismo del Consejo dependerá de las ganas de trabajar de sus
miembros”.

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