La falta de seguridad ciudadana vuelve a estar en candelero. El viernes me contaban que hace dos domingos, dos encapuchados intentaron entrar al Bar El Chato. También entraron en varias viviendas situadas en el Paraje Los Viñales, enfrente del motor de Pamplona.
El pasado jueves, a las seis de la tarde entraban en otro chalet. En el Barrio de San Francisco entraron dos veces en una casa….y suma y sigue.
El sábado por la tarde, un ciudadano indignado me remitía la siguiente nota: «Esta pasada semana están robando en muchos campos. Sé de varios en el camino de los Viñales, van unos tres pero son menores. Los vecinos han denunciado a la Guardia Civil. No se les puede hacer nada, según dicen, más que seguirles la pista. En algunos campos no han podido robar nada de valor y han destrozado cosas. Se les ve a cualquier hora y no se esconden, al medio día, por las tardes, por la mañana. Es increíble lo que está pasando. Los vecinos no pueden más».
Recuerdo que Manuel Serrano intervino en el pasado Pleno en representación de los vecinos para denucicar una situación similar a la que otra vez vuelve a ser motivo de preocupación por su mayor frecuencia.Las quejas de Serrano las hubieran suscrito todos los caudetanos. Dijo lo siguiente:
«Estamos hartos, muy quemados y perdemos muchas horas de nuestro tiempo al salir por las noches a vigilar. Es muy lamentable que detengan a uno con las pruebas en la mano y el Juez no les haga nada porque son menores de edad. ¡Dónde hemos llegado! Nos atacan, nos maltratan y encima se nos ríen. Nosotros venimos aquí a exponer el problema que estamos padeciendo en busca de unas soluciones que no acaban de llegar».
El Alcalde le pidió paciencia. «Por si te sirve de consuelo, a mí me han robado dos veces. No va a tardar mucho para que veáis cosas en Caudete para solucionar el problema». ¿De qué se trata? ¡No lo dijo! Eso sí: la solución la vendió como el «bálsamo fierabras», esa poción mágica capaz de curar todas los males.
El Alcalde le pedía paciencia a Serrano. Pero, tiene que saber que la paciencia tiene un límite y sospecho que estamos sobrepasando, y con creces, dicho límite. Póngase las pilas y coja el toro por los cuernos que ya esta bien de pamplinas.
Como a usted, a muchos también les han robado dos veces… y a algunos hasta tres. A todos nos pica la curiosidad: ¿a qué tipo de «cosas» se refería en el Pleno? Le repito que, de momento,…¡no estamos viendo nada!