Esta semana, el ‘Ke Interesante’ aborda algunos de los mitos que nos han querido hacer creer, bien en películas o falsos testimonios, bien por escrito o a lo largo de la historia.
La imaginación y la épica han maquillado la historia y nosotros nos hemos creído aquello que a lo largo de nuestra vida nos han enseñado los libros de texto, las obras de arte o el cine, sin ponerlo en duda. Historiadores y especialistas ayudan a desmentir catorce de estas tergiversaciones.
Carlos II ‘El Hechizado’ ni estaba hechizado ni tenía tantos defectos físicos
Lo que nos han contado. Carlos II (1661-1700), fruto de cuatro generaciones abrazando la endogamia, es presentado en las clases de historia, en los libros y allá donde se le nombra como el Rey Hechizado. Una forma amable de meterse con personalidad torpe, ¿Por qué? La historia asegura que su cuerpo y su mente eran débiles. El rey murió sin descendencia debido a problemas de salud que le provocaban impotencia.
Lo que realmente ocurrió. No hay ninguna certeza de que la degeneración de Carlos II fuera tal. Sin embargo, tras su fallecimiento la historia se encargó de maquillar su aspecto y atributos en pos de favorecer al monarca entrante, Felipe V de la casa de los Borbones.
Walt Disney no está congelado
Lo que nos han contado. Que Walt Disney (1901-1966, EE.UU), creador del ratón más famoso del mundo y de un imperio de entretenimiento infantil, lleva 52 años congelado cual lomo de merluza esperando que llegue el momento en que los avances científicos permitan devolverle a la vida.
Lo que realmente sucedió. El hecho de que su funeral fuera íntimo no ayudó a atajar los rumores. Muchos percibieron este funeral como un acto secreto en vez de como algo íntimo. La familia ni desmentía ni confirmaba. Simplemente dejó que el rumor sobre la congelación de Disney creciera para alimentar la leyenda.
Van Gogh no se arrancó la oreja
Lo que nos han contado. La historia, repetida hasta la saciedad, asegura que en 1888 el pintor holandés Vincent Van Gogh, en un arrebato de locura tras discutir con su amigo, el también pintor Gauguin, se arrancó con una cuchilla de afeitar la oreja izquierda.
Lo que realmente ocurrió. La verdad supera una épica ficción que incluso dio nombre a un grupo español de música pop. Según declararon los académicos alemanes Hans Kaufmann y Rita Wildegans en un reportaje de la BBC publicado en 2009, fue Gauguin quien, en plena disputa, le seccionó parte del lóbulo izquierdo con una espada. Para proteger a su (a pesar de todo) colega, Van Gogh contó a la policía la popular versión de la autolesión.
La tumba de Tutankamón no la descubrió el niño aguador
Lo que nos han contado. En 1922, el arqueólogo Howard Carter –descubridor de la tumba de Tutankamón– contó durante una charla que dio en EE.UU. que el primer escalón de la tumba lo encontró un niño egipcio que llevaba agua a los trabajadores de la excavación. A partir de ese momento al niño se le empezó a conocer como el niño aguador.
Lo que realmente ocurrió. ¿Por qué inventó Carter a este niño? “Probablemente, para darle un toque romántico a la historia. Pero el descubridor no contaba con que se le acabaría yendo de las manos y que, a pesar de la falta de pruebas, tras su charla la noticia se tomaría como si fuera real. Hoy incluso el niño aguador aparece en libros académicos”, explica Nacho Ares, presentador del programa de radio Ser Historia. La familia Abd El Rassul, hijo de uno de los capataces egipcios que trabajaba para Carter, aprovechó el tirón de la leyenda del niño aguador asegurando que Rassul era ese niño.
Los restos de Santiago no reposan en Santiago de Compostela
Lo que nos han contado. Que el Apóstol Santiago El Mayor fue decapitado por orden del rey Herodes en Jerusalén, donde llevaba a cabo su labor de evangelización. Tras su muerte, Atanasio y Teodoro (sus discípulos) recogieron el cuerpo y lo llevaron en secreto en una barca a los lugares donde Santiago inició su predicación en el norte de España. Así sus huesos acabaron en Santiago, donde se construyó la catedral para recibir a los fieles que año tras año hacen el peregrinaje.
Lo que realmente ocurrió. El obispo Teodomiro por su cuenta y riesgo convirtió este lugar en el emporio religioso, turístico, económico y hotelero que conocemos hoy. ¿Cómo? “En el año 813 d.c. los musulmanes correteaban a sus anchas por España y a este obispo gallego no le hacía gracia. Para hacer frente a la fe musulmana, se fijó en Roma y en la que montaron en torno a la basílica de San Pedro, donde se encuentra la tumba del santo. Vio que hasta allí iban peregrinos y se coronaban los emperadores. Siguiendo este ejemplo buscó la tumba de algún apóstol popular en Hispania para lograr una peregrinación similar”, explica Nieves Concostrina en La ventana, programa de la Cadena Ser.
Si sabemos que la Tierra gira alrededor del Sol no es gracias a Copérnico
Lo que nos han contado. Que Nicolás Copérnico, tras un estudio exhaustivo del movimiento de los cuerpos terrestres, llegó a la conclusión de que la Tierra giraba sobre su eje y que esta y el resto de planetas giraban a su vez alrededor del Sol. Y no al contrario, como se creía hasta ese momento. Así formuló la Teoría Heliocéntrica echándose encima a la iglesia, fiel defensora de la teoría geocéntrica (esto es, que era el sol -y el resto de los planetas- el que giraba alrededor de la Tierra).
Lo que realmente ocurrió. Fue el astrónomo y matemático griego Aristarco de Samos el primero en percatarse de que nuestro planeta giraba alrededor del sol. Así lo explicó en el tratado De revolutionibus caelestibus mil años antes de que lo mencionara Copérnico. «Aristarto de Samos vivió en el siglo III antes de nuestra era. Fue él quien propuso el modelo heliocentrico que dieciocho siglos más tarde mencionó en su obra Copernico», afirma el catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid Javier Ordoñez. A pesar de que Aristarco ya lo avanzó en el siglo III a.c., la Teoría Heliocéntrica no fue tomada como una teoría consistente hasta que la formuló Copérnico en el siglo XVI.
No está claro que Cervantes fuera manco
Lo que nos han contado. Que el autor de El Quijote perdió la mano izquierda mientras combatía en la batalla de Lepanto, una de los enfrentamientos navales más sangrientas de la historia. La batalla tuvo lugar el 7 de octubre de 1571, en el golfo de Lepanto. Allí se enfrentaron turcos otomanos contra la coalición cristiana Liga Santa, integrada por el Papa, la República de Venecia y la monarquía de Felipe II.
Lo que realmente ocurrió. Una interpretación lingüistica erronea es la culpable de que Cervantes haya trascendido como el manco de Lepanto. En el siglo XVII se consideraba manco, no solo a quien había perdido la mano, si no a cualquiera que tuviera inutilizado un brazo parcial o totalmente. «No se sabe realmente si Cervantes perdió una mano. Es probable que solo perdiera un dedo o parte de ella debido a los disparos que recibió durante la batalla de Lepanto», explica a ICON el historiador José Carlos Rueda Laffond.
Julio César nunca dijo: “Tú también, Bruto, hijo mío”
Lo que nos han contado. El 15 de marzo del 44 antes de Cristo, un grupo de senadores, entre los que se encontraba Bruto (hijo de Servilia, amante de César, que siempre gozó de la protección y simpatía de Julio César), apuñalaron al dictador romano hasta llevarle a la muerte. Momentos antes de fallecer a causa de las graves heridas, Julio César, que no podía creer la traición de Bruto, pronunció una de las frases más célebres de la historia: «Tú también, Bruto, hijo mío».
Lo que realmente ocurrió. Efectivamente, Julio César fue acuchillado varias veces en las escaleras del Senado romano. Sin embargo, nunca articuló la frase que el mundo se afana en adjudicarle. ¿Por qué entonces se cree que esto fue lo último que dijo antes de morir? Probablemente, el hecho de que Shakespeare la reprodujese en su obra Julio César (que data de 1599) ayudó a que el mundo lo considerara un hecho histórico verídico.
Elvis será el rey pero no creó el rock
Lo que nos han contado. El libros de texto, en enciclopedias, en charlas, en artículos de prensa… La frase se puede leer y escuchar en muchos foros: «Elvis Presley inventó el rock and roll».
Lo que realmente ocurrió. Es una teoría muy interesada esta de que Elvis inventó el rock, sobre todo en los años 50 y 60, cuando la industria del rock explotó y había mucho dinero en juego. Elvis era blanco, guapo, patriota, de clase humilde… O sea, el sueño americano hecho carne. Él era el único que podía convencer a los padres para que comprasen esa música del diablo a sus hijos, además de a las potentes emisoras de radio y televisión. Elvis era una marca blanca de algo muy satánico, como era el rock and roll. Pero no, el rock, como casi todos los géneros musicales perdurables, lo inventaron los afroamericanos.
Los emperadores romanos no sentenciaban a muerte a los gladiadores bajando el dedo
Lo que nos han contado. Vimos a Joaquin Phoenix (en el papel del emperador Cómodo) ejecutar este gesto en la oscarizada ‘Gladiator’ (Riddley Scott , 2000) y lo tomamos por verdad absoluta. Por su parte, los libros, los cuadros, el cine y la televisión se han encargado de alimentar la leyenda haciendo creer al espectador que cuando un emperador bajaba su dedo pulgar en el circo romano lo que estaba haciendo era sentenciar a muerte al gladiador que se encontraba en desventaja en la arena.
Lo que realmente ocurrió. Todo lo contrario a lo que el cine nos ha mostrado. Si el emperador alzaba su pulgar estaba instando al gladiador vencedor a matar al gladiador vencido. Cuando el emperador quería salvar la vida del gladiador introducía su dedo pulgar en el puño cerrado de la mano opuesta. «Creer que los emperadores sentenciaban a muerte bajando el dedo pulgar es un error que nos colaron vía Hollywood. Realmente la sentencia de muerte se daba cuando el emperador romano levantaba el pulgar hacia arriba», explica la historiadora María F. Canet.