Camp de Mirra se prepara para acoger mañana viernes uno de los actos más importantes de la historia española que se celebró por primera vez en la localidad del Alto Vinalopó en 1976: El Tratado de Almizra. En cierto modo, es el legado cultural de un suceso político del siglo XIII: la frontera que el 26 de marzo de 1244 pactaron los antiguos reinos de Valencia y Murcia, incorporados a las Coronas de Aragón y Castilla respectivamente.
El acto comenzará a las 20.00 horas con el pregón anunciador en el que un heraldo a caballo, y acompañado por la Banda de Música, recorre las calles de Camp de Mirra, anunciando la inmediata celebración del pacto con el Infante de Castilla.
Ante la fachada de la Iglesia, y como reza la tradición, a las nueve y media de la noche, cuarenta actores dan vida a los personajes históricos que protagonizaron el camino al pacto medieval. El Tratado de Almizra se firmó un 26 de marzo, pero la celebración en agosto de las fiestas locales de Moros y Cristianos es lo que aconsejó introducir el acto en su programación.
El Tratado de Almizra lo firmaron Jaime I el Conquistador y el infante castellano Alfonso, hijo de Fernando III y posterior rey Alfonso X el Sabio. El primero tenía treinta y seis años; el segundo veintitrés. En sus campañas militares de expansión por la península, sus antecesores establecieron en el siglo XII una intensa actividad diplomática para distribuirse la conquista futura de tierras en poder musulmán.
El texto de González Mollá se utilizó hasta 1982, año en que se estrenó una nueva versión de Salvador Domenech. Desde entonces, asume la organización el Patronat del Tractat d’Almirra, que pasó a presidir Román Francés. Se construyó, como novedad, un escenario giratorio que permite alternar en segundos dos decorados: las dependencias del castillo de Almizra y el campamento del infante Alfonso. Salvador Domenech se basó en el «Llibre dels Feits» de Jaime I para el argumento y en algunos textos de Alfonso X el Sabio, aunque ajenos éstos al encuentro de Almizra.