La Guardia Civil de Albacete busca a un portero de discoteca, que al parecer suele trabajar en Gandía, por su presunta implicación en el asesinato del camionero valenciano Francisco Javier Marcos Benavent, muerto a tiros y cuchilladas en Caudete en noviembre de 2014.

El vigilante de seguridad sería el séptimo implicado y, según la información que manejan los investigadores y que forma parte del atestado, sobre el que ya no pesa secreto, habría estado presente en el momento del crimen. Su grado de participación es conocido por el resto de testimonios, y sólo podrá ser dirimido cuando se le detenga y ofrezca su versión al juez.

De momento, los agentes de Homicidios de Albacete no han localizado al presunto homicida, ya que permanece escondido desde que se puso en marcha la operación policial para detener a los responsables, en la madrugada del pasado 4 de febrero. Ese día, tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV, la Guardia Civil detuvo en varios municipios de la Ribera a los seis primeros presuntos implicados, entre ellos, el supuesto autor material del crimen.

Las investigaciones permitieron establecer que la víctima fue abordada a la salida de Caudete en dirección a Yecla, cuando circulaba con su camión. Los agentes han averiguado que Francisco Javier, cuyos movimientos en tiempo real conocían con una sospechosa precisión, gracias, al parecer, a la contribución de otro de los sospechosos, fue atacado por cuatro hombres, dos en cada uno de los dos coches que encerraron al camionero y le obligaron a detener bruscamente su vehículo en el arcén tras desviarlo de la carretera.

Tres de esos hombres fueron identificados y detenidos el día 4 de febrero, pero el cuarto no pudo ser localizado, por lo que se inició su búsqueda, que aún no ha dado sus frutos. Se trataría, según las investigaciones policiales, de un vecino de Riola -otro de los presuntos implicados ya fue arrestado en ese municipio durante la operación de febrero- que suele trabajar como portero de discoteca en Gandía, a quien algunos llaman Hulk por su fuerte complexión.

Ágora Habla con el deporte local y comarcal, siempre en movimiento

Su declaración ante la Guardia Civil se antoja fundamental para sus intereses, ya que es el único modo de rebatir las versiones de los demás acusados y de que se conozca la suya propia.

El asesinato de Francisco Javier Marcos Benavent, que tenía 40 años, se produjo en torno a las cuatro y media de la tarde del 28 de noviembre de 2014. Ese día había dejado su coche en Corbera, donde residía desde que se había separado de su mujer, y se había ido con uno de los camiones de su propiedad a llevar naranjas a distintos mayoristas.

En Caudete descargó y, cuando acababa de tomar la carretera 3-44 para continuar la ruta hacia Yecla, nada más salir de la rotonda de salida de Caudete, dos vehículos -uno robado en Sueca, que luego quemaron, y otro, alquilado y devuelto a la compañía- le hicieron una encerrona y le obligaron a detenerse. Una vez que consiguieron que descendiese de la cabina, lo arrinconaron entre el lateral del camión y la valla de protección metálica de la carretera y lo cosieron a cuchilladas y disparos. Luego, dejaron su cuerpo sin vida caído casi bajo la caja del camión y escaparon.

Durante más de dos años, el grupo de Homicidios de la Policía Judicial de la Comandancia de Albacete reconstruyó la vida de Francisco Javier hasta delimitar quiénes y por qué, supuestamente, acabaron con su vida. Los seis primeros sospechosos fueron apresados el pasado 4 de febrero en cuatro municipios de la Ribera, y ahora sólo falta la detención del séptimo presunto implicado para cerrar el caso.

Promedio 0 / 5. Votos: 0