La mañana del domingo del 28 de abril unos 60 amigos y amigas de AVIANA iniciamos una nueva salida. En esta ocasión nos dirigimos a la comarca del Valle de Ayora-Cofrentes para visitar el increíble Castillo de Chirel en Cortes de Pallás.
Tras dejar el autobús en el parking del Embalse de Embarcaderos, punto de arranque de la ruta fluvial del río Júcar, ascendemos por una pista con pendiente bastante pronunciada que discurre por el margen izquierdo del Barranco de la Señora.
Son curiosas las tonalidades rojizas del terreno propias de los yesos y arcillas tan abundantes aquí.
El sendero transcurre junto al barranco y va ganando altura entre el bosque de pinos hasta que finalmente comienza a separarse del barranco hacia la derecha para dejarnos en una pequeña carretera asfaltada que comunica el camino del Oroque con el camino de Cortes de Pallás (aproximadamente km 2,4 de ruta).
Al comienzo de la ruta la niebla nos acompañaba pero, en cuanto ganamos altura, podemos apreciar el cañón del Júcar delimitado por la espectacular Muela de Cortes por su margen derecha y el macizo de Chirel, por la izquierda.
Descendemos un pequeño tramo hasta un claro en el que se ve un panel indicador y, desde allí, continuamos ascendiendo hacia el castillo por un sendero equipado con escalones. El sendero presenta tramos de buen desnivel y, a medida que vamos ascendiendo, las vistas son más espectaculares: un embalse de aguas color turquesa nos obliga a pararnos para hacer fotografías antes de continuar.
En el último tramo una barandilla de madera protege la pista por la izquierda y nos acompaña hasta el mismo castillo. Accedemos por su puerta, caminamos junto a su muralla y, al llegar arriba, nos quedamos impresionados: el castillo y sus murallas nos rodean colgados de la roca y, a nuestros pies, tenemos el embalse de Cortes encajado entre paredes verticales y, frente a nosotros los cintos de Sácaras.
El Castillo de Chirel es uno de los mejores miradores desde los que contemplar los impresionantes cañones labrados entre montañas gracias a su ubicación estratégica a 654 metros de altura.
Hemos aprovechado para almorzar allí y para visitar este castillo de origen árabe que data de 1349 y que, en la Edad Media, controlaba todo el tráfico por la vía del Júcar ya que esta zona era la frontera entre los reinos de Castilla y Valencia. Hemos recorrido sus ruinas, accedido a algunas salas y disfrutado de las vistas.
Finalmente, antes de regresar al punto de inicio por el mismo camino, nos hemos asomado al borde del acantilado para contemplar una panorámica de 360º increíble.
Esta jornada ha conjugado la belleza y grandiosidad de este paisaje con el magnífico ambiente entre los participantes. Gracias a todos por hacerlo posible.
AVIANA