Reflexión de la Asamblea Verde ante el 8 de Marzo.
El Ocho de Marzo vuelve a presentarnos una realidad en la que vemos muchas tareas todavía pendientes para que la igualdad sea verdadera y los derechos de la mujer algo más que una mera declaración. Discriminación salarial, desempleo, violencia de género, techos de cristal, acceso a puestos de liderazgo, presencia en la ciencia, abusos, tareas en el hogar, brecha de cuidados en los que el varón desaparece, mercantilización del cuerpo de las mujeres, tolerancia con la violencia verbal hacia las mujeres, permisividad hacia el consumo precoz de pornografía, el hecho de que el 70% de las personas pobres en el mundo son mujeres, etc,…son todavía situaciones en las que queda camino por recorrer.
Es evidente que la lucha feminista es más necesaria que nunca. Para frenar las tentaciones ultraconservadoras de la sociedad y para afrontar el desprecio por la vida femenina que desde muchos niveles se viene dando. Una lucha transformadora, no cosmética como esa que hacen algunos grupos dando pinceladas violetas a sus propuestas, que cuestione el sistema económico que deja en la cuneta a muchas mujeres. Ojo, que la brecha salarial es aún del 15,7 % y más de 4,5 millones de mujeres están en riesgo de pobreza y/o exclusión.
En estos días esta lucha por la vida se agudiza en muchos sitios, en Ucrania y Palestina de manera dramática, y en más de 30 conflictos armados que se mantienen activos. Hemos visto como por decisiones tomadas por varones, la crueldad de la guerra amenaza a toda Europa y a Medio Oriente postrando en la violencia y el dolor a miles de personas, cebándose en mujeres y menores, destruyendo la naturaleza y afectando a las personas más vulnerables. Las niñas y las mujeres son además víctimas agravadas de diferentes formas de violencia sexista, como violación, esclavitud sexual, torturas, embarazos o abortos forzados, entre otras.
El pensamiento patriarcal se impone también a la hora de oprimir a los pueblos y hace que la dominación parezca la manera de tener poder o de afrontar un conflicto, sin tener en cuenta cómo se rompe todo aquello que hace posible la vida como es cada persona, la familia, la salud, la educación, los servicios o la agricultura.
Ante ese machismo que humilla y maltrata, queremos levantar un feminismo igualitario que cree en la vida, un feminismo que es democracia y es defensa de la naturaleza, que es conciliación y es cuidado. Es el feminismo que desde la concejalía de Igualdad nuestra compañera Alba Laserna difunde y potencia con el apoyo del Consejo de Igualdad, de entidades e instituciones que también hacen de la igualdad de género su causa.
A pesar de los avances, urge una mayor inversión en políticas de Igualdad para garantizar el bienestar colectivo. Inversión que luche conta la feminización de la pobreza, contra la precariedad laboral que sufren más mujeres que hombres, contra la violencia de género, que libere tiempo de las mujeres en los cuidados frente a la ausencia de los varones, que permita el acceso a la mujer al mundo de la ciencia y a los espacios de liderazgo.
Desde Verdes de Europa y con el movimiento feminista decimos «SE ACABÓ». Se acabó la discriminación, la violencia de género, la discriminación salarial, los techos de cristal, los genocidios…y se acabaron otras muchas desigualdades que todavía las mujeres siguen experimentando.
¡Nos vemos el 8M en la concentración!