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Sáb, 23 noviembre 2024
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Ana Calatayud

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Jóvenes y editoriales

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Carnaval por siempre (Parte I)

De pequeños todos hemos soñado con ser superhéroes para salvar el mundo. O convertirnos en piratas para vivir aventuras surcando los siete mares. O ser princesas y príncipes queridos y admirados por todos.

Navidad, la época del sexismo

Este pasado fin de semana fui a casa de unos familiares en Valencia. Allí, mis primos, una niña y un niño de 7 y 11 años respectivamente, tenían los típicos catálogos de las jugueterías con todas las opciones de objetos que los niños pueden incluír en su carta para los Reyes Magos. La verdad es que yo hace tiempo que dejé de ojear dichos catálogos, pero tampoco me he perdido mucho, pues no ha cambiado nada.

No siempre llueve a gusto de todos

Moda (según la Real Academia Española): "Uso, modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo".
Ágora Habla, estamos por la igualdad

Al ritmo de la polis

Pero, no solo las personas tenemos una banda sonora. Hay otro elemento muy cercano a nosotros que también tiene banda sonora propia. ¿El cine? También. Pero no vamos a habar de las bandas sonoras de las películas, sino de la ciudad.

Sé tu héroe de la infancia

Tengo casi 18 años y estoy en esa etapa en la que miro lo que están viendo mis primos pequeños en la tele y me encuentro dibujos animados que, como decimos todos: “¿Qué basura es esta? Lo de antes sí que eran series.” Por suerte, hay series que son inmortales, que aunque pasen de moda nadie las olvidará, ni a ellas, ni sus canciones. Como por ejemplo la de Doraemon, serie de mi infancia que todavía encuentro a veces haciendo zapping por la televisión, cuyo opening en castellano dice así:

Hermosa adolescencia

Y es que, aunque los fines de semana quieran salir con sus amigos hasta el amanecer, aunque ya quieran independizarse, etc., en el fondo siguen siendo unos niños pequeños a los que les gusta jugar a juegos de palmas, ver los dibujos con sus primos pequeños y hasta cantar las canciones que aprendieron en las excursiones del colegio. Y creo que aquí se demuestra lo especial de esta época de la vida tan complicada que está a caballo entre la infancia y la adultez.

¿Quieres saber de que trata Utopía?

“Daniela siempre fue una niña normal y corriente hasta que decidió que quería algo más. En Utopía acompañaremos a Dani a través del complicado camino hasta lograr su sueño: ganar el Campeonato de España de Velocidad (CEV) y pasar al mundial de motociclismo. ¿Lo conseguirá? Pero lo verdaderamente difícil no serán las carreras, sino aprobar selectividad, mantenerse unida a sus amigos y familia, arreglar las desavenencias con su compañero de equipo que le hará la vida imposible y luchar contra su propio corazón.”

Mi sueño, mi futuro

Tener dos carreras y tres masters no te asegura un trabajo estable. Entonces, ¿qué nos queda? ¿A qué debemos atenernos? Ante un futuro incierto, ¿qué decisiones debemos escoger en el presente? Hoy por hoy no hay respuestas para estas preguntas.