Siempre hemos dicho que las fiestas, más allá del aparato burocrático que las puede mantener en pie (un aparato cada vez más complejo dado el crecimiento de nuestros festejos), sobreviven gracias al esfuerzo desinteresado y anónimo de unos pocos. Son esos pocos que se dedican a cocinar o a fregar, a vender tiques de la barra o a vender cafés.
Hoy os voy a hablar de uno de esos tesoros fruto de la voluntad y altruismo de uno de nuestros socios. Me enteré de su existencia allá por el 2014 o 2015, cuando empezaba mi labor como cronista de la comparsa y formaba parte de la comisión del 50 aniversario. En una de las reuniones nocturnas que tuvimos Lorenzo Domene sacó un tema que había que rescatar. <
Yo no había escuchado nada acerca de este libro y cuando pregunté, Lorenzo me dijo que aquello era un tesoro, un tesoro del que no éramos conscientes. Meses después, me lo enseñó. El libro está guardado en un cofre de madera que es toda una declaración de intenciones de lo que el libro pretendía ser. Al abrir la tapadera, podemos leer Comparsa de Ballesteros, Villena. Capitanes, alféreces y madrinas. El objetivo de Ignacio Tomás Navarro era recoger el nombre de los cargos oficiales junto con el de las madrinas en un libro a modo de memoria histórica de la Comparsa.
Seguramente muchos estaréis pensando que tal actividad se reducía a realizar un mero catálogo, pero no podemos juzgar este libro desde esta perspectiva. Ignacio no se conformaba con escribir en cada página la lista con el nombre de los cargos, sino que envejecía las páginas y plasmaba los antropónimos en una caligrafía amanuense que intentaba acercarse a la de los códices medievales. Además, intercalaba entre las páginas dibujos a modo de homenaje, como el que hiciera en honor de la Comparsa por su 25 aniversario o el que subrayaba la importante labor de nuestro Grupo de Arcabuceros.
Por todo ello, El libro del Ignacio, como nos gusta llamarle a nivel interno, es un regalo de un socio a su familia ballestera, un regalo en forma de tiempo y esfuerzo, algo que hoy cuesta ofrendar y, por tanto, supone una lección de cómo hacer comparsa y un legado a todos nosotros.
Descansaba el libro sobre uno de los armarios de la secretaría hasta que los fundadores del museo de la comparsa decidieron darle un lugar de honor en nuestro museo. Ellos también son un ejemplo de altruismo, de cómo el regalar una parte de su tiempo ha hecho que los Ballesteros atesoremos toda una colección de piezas históricas. En ese museo, que os aconsejo visitar, descansan pistolas de Americanos, turbantes de Árabes, prácticamente todas nuestras indumentarias y muchísimas instantáneas que ilustran nuestro caminar por Villena. De todo ello se han encargado Lorenzo Domene, Manoli Bas, Susi Bas y Frutos Menor.
Tenemos piezas mucho más antiguas que El libro del Ignacio, sí. Tenemos cuadros que evocan momentos particulares de nuestra historia, también. Pero me he decantado por este libro porque ejemplifica el amor por una comparsa, el esfuerzo y la dedicación, los mismos valores que han impreso los responsables del museo.
A todos, gracias.