Abrí los ojos, ¿qué es ese sonido?, ¿qué son esas luces? ¿y, todos esos colores y olores?, ¿qué es esta alegría?

Llego aquí, y que es lo que veo, pues todo inundado de alegría, música y colores, muchos colores, y muchas luces de colores. Todo el mundo parece estar contento, todos son felices, aparentemente, todos o casi todos con trajes multicolores, inflamados de originalidad y vistosidad, y esa música que bien suena, tanto con unos ritmos como con otros, y todos embebidos en sus armonías sonríen sin parar.

Suenan tiros o petardos o castillicos, parecen asustar, pero me gustan, además huelen de una forma peculiar, distinta, a lo que huele la pólvora en estos momentos, estoy poco tiempo aquí y esto es un sin parar, cientos o quizás miles de hombres, mujeres y niños vestidos con trajes con más colores que puedan tener mil arco iris, disfrutando al son del múltiples bandas que no cesan de tocar, y las luces, millones de lucecitas de colores que lo hacen todo brillar, y, y, y….

Esto me parece, sublime, espectacular, sorprendente, divertido, lujoso, extraordinario, incomparable, inconmensurable, alegría, compañía, sonrisas, abrazos, saludos, ajetreo, algarabía, y,y,y,…..

Ágora Habla con el deporte local y comarcal, siempre en movimiento

No tiene mi corto vocabulario más formas de describir los que vieron mis ojos, aquí, por primera vez, mi léxico, no da más.

Y lo que más me gusto y dió pie a este monólogo es la borla que colgaba sobre la cara de mi padre desde su gorro.

Y ahí lo decidí.

Me llamo Erika, tengo seis meses, y quiero se Almogávar como mi padre.

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