Un primate de especie
Macaca sylvanus,
de unos 5 meses de edad acaba de llegar a las instalaciones de la
Fundación AAP Primadomus en Villena,
Alicante, después de que fuera decomisado por el Seprona de la Guardia
Civil a un ciudadano de nacionalidad francesa mientras intentaba cruzar
con el animal por el puesto fronterizo del puerto de Almería.La finalidad era venderlo en el mercado Centroeuropeo ilegalmente,
ya que la venta está penada y la tenencia puede constituir un riesgo
para la salud pública, en el caso de ser portadores de enfermedades
contagiosas.

En
estos momentos el equipo veterinario y de primera asistencia de AAP
Primadomus está realizando las pruebas víricas y bacteriológicas
pertinentes al
animal. Posteriormente pasará 3 meses en el módulo de cuarentena, donde
se procederá a la observación física y comportamental hasta que esté
preparado para pasar al módulo de socialización. El objetivo de la
Fundación radica en crear grupos estables, nuevas
familias. De este modo, los primates pueden desarrollar los vínculos
sociales de los que fueron privados.

El macaco de Berbería (Macaca sylvanus),
única especie de primate que se encuentra al norte del desierto del
Sáhara, cuenta con una población de
entre 6.500 y 9.100 individuos y está en peligro de extinción. El
comercio ilegal y la destrucción del hábitat amenazan su supervivencia,
por ello desde 2016 fue incluido en el Apéndice I de CITES, que asegura
su mayor protección. Este primate tiene el dudoso
honor de ser el mamífero más decomisado en Europa. No es sorprendente,
por tanto, que sea el mono más rescatado por la Fundación AAP y la
especie más presente en las listas de espera.

La
Fundación AAP lleva años trabajando para erradicar el tráfico ilegal de
macacos de Berbería tanto en origen, tránsito como destino. España es
la puerta
de entrada de estos primates a Europa, por eso desde el 2014 existe un
Convenio de Colaboración y un protocolo de actuación con la Dirección
General de la Guardia Civil para incrementar la vigilancia en puestos
fronterizos. No obstante estas necesarias y
eficaces medidas no eliminan totalmente el problema, que comienza en
las montañas de la zona del Rif y el Atlas de Marruecos y Argelia.

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Los
macacos de Berbería son arrancados de los brazos o espaldas de sus
madres por cazadores furtivos. Las macacas trepan hasta las copas de los
árboles
con las crías encima mientras los bateadores agitan las ramas hasta que
los pequeños acaban cayendo. Para acabar con estas prácticas AAP
Primadomus implementó en 2017 un programa de protección en origen
llamado “Born to be Wild” donde en colaboración con IFAW y
las autoridades marroquíes se pretende reducir la demanda de esta
especie, luchar contra la caza furtiva y combatir el tráfico ilegal. Una
de las acciones que más éxito ha tenido es la contratación de
guardabosques en el parque nacional de Ifrane en Marruecos.
Desde que se implementó esta medida podemos constatar que ninguna cría
ha sido robada en los grupos monitorizados de este parque.

Desde
el Gobierno de España se ha impulsado el Plan TIFIES, implementado a
finales de 2017, donde se recogen distintas acciones para prevenir el
tráfico
ilegal y el furtivismo internacional de fauna atacando sus causas de
origen e implicando a las administraciones públicas y a la sociedad
civil.

El
viaje de estos pequeños macacos es aterrador, pues son escondidos en
maletas, drogados o amordazados. Los que sobreviven acabarán en manos de
particulares
que los compran porque creen que un primate es un animal óptimo para
ser mascota. La labor de AAP Primadomus consiste en atacar el tráfico
ilegal desde todos los frentes posibles: rescatar a los animales que son
víctimas del tráfico ilegal, colaborar con las
autoridades para facilitar el cumplimiento de las leyes y sensibilizar a
la opinión pública para que noticas como esta sean algún día cosa del
pasado.

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