Quizás el excesivo celo de cambiar la denominación de las cosas por cuestiones sexistas, quizás la obsesión por eliminar el uso del masculino nos podría llevar en un futuro próximo a hablar de Fiestas Medievales en vez de Fiestas del Medievo. El castillo de la Atalaya se convertiría en la Fortaleza de la Atalaya. O, incluso, el Asilo pasaría a denominarse Casa de Acogida para Personas Ancianas…
A falta de gestión municipal, a falta de iniciativas desde el equipo de gobierno Verde que redunden en beneficio de nuestro municipio, el Señor Esquembre alejado de la búsqueda de consensos con la ciudadanía, con asociaciones y con otros grupos políticos, pisotee a quien pisotee, pretende imponer su criterio personal y político en todos los ámbitos, aunque no le competan. Llevemos cuidado puesto que a base de imponer, podemos obtener en efecto contrario al buscado y escaso favor le haríamos a la lucha por la igualdad.
Ya queda lejos la pasada campaña electoral local en la que no veía con malos ojos realizar un referéndum para consultar a la ciudadanía la realización o no de festejos taurinos. Y por sus declaraciones, parece que ahora le resulta extemporáneo la consulta ciudadana sobre su propuesta de “Regidor de Fiestas”. Conseguida la mayoría absoluta, eliminada la participación ciudadana. En otro orden de cosas, parece queda muy lejos para Esquembre el sillón fruto del consenso que consiguió en la anterior legislatura cuando se comprometió con VCD a realizar corridas de toros en Villena, como así sucedió, a pesar de su supuesta ideología antitaurina.
Como un camaleón, el alcalde de Villena cambia de color según la ocasión. Muestras ha dado a lo largo de estos años, enfundándose en unas ocasiones la camiseta verde, en otras la morada y cuando lo requiere el guión, la naranja de Compromís. Eso sí, siempre en función de sus intereses y objetivos particulares, basculando desde el ecologismo verde hacia el comunismo y la socialdemocracia de Podemos, recalando en ocasiones en manos del nacionalismo valenciano, en manos del BLOC.
Lo que no se debe de hacer en política y, es algo recurrente en nuestro alcalde, es variar el discurso y los compromisos dependiendo del foro a quien se dirija. En múltiples ocasiones, y muestras públicas ha habido, según al colectivo que quiere contentar adquiere un compromiso u otro independientemente de que sean contradictorios. Por ejemplo, no se ha contado todo lo sucedido con el Ayuntamiento de Biar a tenor de la entrega el pasado mes de mayo de la Mahoma o del denominado por parte del alcalde “símbolo del Bando Moro”.
Entre tanto, como hemos denunciado desde el Partido Socialista en muchas ocasiones, la gestión del Ayuntamiento de Villena sigue prácticamente paralizada. Eso sí, permitiéndonos el lujo de perder subvenciones y de contratar a familiares y “amigos afines” para trabajar en el Ayuntamiento, bien como cargos de confianza, bien a través de empresas intermedias sin mediar más que el “dedazo” del señor Esquembre. Entiendo que son cosas de la “nueva política”.
Estamos a julio y, como anuncié, seguimos sin presupuestos a pesar de la mayoría absoluta Verde. Apuntan una vez más con llevarlos al pleno ordinario de este mes. Que así sea. Seguimos perdiendo frecuencia de trenes; ninguna gestión para la conexión del AVE o Nodo Logístico; la planta de basuras gestionándose peor que nunca a pesar de ser Esquembre el presidente del consorcio (por lo que cobra una indemnización extra); de la paralización en la Fundación Deportiva. Y de política económica y medio ambiental ni hablamos…
En definitiva, como Esquembre no puede vender gestión municipal, a pesar de incluso obtener unos mayores ingresos que en anteriores ocasiones por la regularización de SUMA, en mi opinión el señor alcalde está cada vez más inmerso en una huida hacia delante y en el lanzamiento de cortinas de humo, abriendo debates en muchas ocasiones sin fundamento para ocultar así su escasa o nula gestión al frente del Ayuntamiento de Villena.