En 2018 se comunicaron en la Comunitat Valenciana 530 agresiones en el entorno sanitario, de las cuales el 78% fueron agresiones verbales y el 22% físicas.

La tasa de incidencia (9,6 agresiones por cada 1.000 trabajadores) del año pasado fue superior a la registrada en 2017 (8,4), debido fundamentalmente al incremento de la declaración de las agresiones verbales. Si bien cabe destacar que los datos del año pasado incorporan los del departamento de salud de La Ribera, que pasó a formar parte de la red pública sanitaria tras el proceso de reversión, por lo que los datos absolutos entre 2017 y 2018 no son comparables.

Así se ha puesto de manifiesto en la I Jornada sobre Agresiones a Personal Sanitario, que esta mañana ha inaugurado la consellera de Sanidad Universal y Salud Pública, Ana Barceló, en el Colegio de Médicos de Alicante (COMA), junto con la subdelegada del Gobierno en Alicante, María Araceli Poblador, y la presidenta del COMA, María Isabel Moya.

«Cada vez somos más intolerantes ante la intolerancia. Cada año detectamos más y cada año nos atrevemos a denunciar más, y lo que antes resolvíamos en silencio, ahora lo colocamos como un asunto de máxima importancia que nos atañe a todos», ha afirmado Barceló.

La consellera se ha referido al papel de los Colegios de Médicos, los colectivos profesionales, sindicatos y asociaciones y ha dicho que la colaboración entre todos «nos debe conducir a la erradicación de la violencia en nuestros centros sanitarios».

De las 530 agresiones en el entorno sanitario comunicadas a lo largo de 2018, 118 fueron agresiones físicas (22%) y 412 verbales (78%). El patrón es similar al del año anterior: aunque las agresiones afectan a todos los grupos profesionales, el riesgo es mayor en Atención Primaria y se sigue observando una dimensión de género.

Destaca el aumento de la declaración de las agresiones entre el personal facultativo, sobre todo las verbales. Sin embargo, el riesgo de ser agredido físicamente se concentra entre el personal celador y los Técnicos de Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE), seguido del personal de Enfermería.

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Por nivel asistencial, en 2018 se sigue observando mayor riesgo de agresión en Atención Primaria que en Atención Especializada. De hecho, el riesgo es 2,5 veces mayor.

En el ámbito de la Atención Primaria son más frecuentes las agresiones al personal facultativo y al de mostrador, mientras que en Atención Especializada son más frecuentes en personal de Enfermería y TCAE.

Diferencias de género

Se siguen observando diferencias de género en las tasas de agresión. Tal y como se observó en 2017, en la mayoría de los grupos profesionales la tasa de agresiones es mayor en el caso de las mujeres. Entre el personal facultativo el riesgo de agresión es casi el doble en ellas que en ellos en el ámbito de la Atención Primaria. Sobre el tipo de agresión sufrida, esta diferencia de género se observa en las agresiones verbales pero no en las físicas.

El Plan Integral de Prevención de las Agresiones en el Entorno Sanitario 2018-2021, aprobado en julio de 2018, combina las acciones preventivas con medidas de apoyo, asesoramiento jurídico y asistencia al personal agredido.

Se aprobó con el objetivo último de generar entornos de trabajo libres de violencia y tolerancia cero frente a las agresiones y contiene medidas específicas como el sistema de alerta ante situaciones de riesgo en la Asistencia Domiciliaria -con posibilidad de acompañante en los desplazamientos a zonas conflictivas-, o protocolos de coordinación para proteger al personal de transporte sanitario, ya que el trabajo nocturno y de calle se considera factor de riesgo.

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