El Chi o «Aliento de Dragón del que ya hablamos en el anterior post, surge del «Wuchi», representado por un círculo vacío en el que no hay nada pero existe la posibilidad del todo.

Esta Energía Vital «Chi» tiene un movimiento en espiral, nunca en línea recta y tiende a acumularse en lugares equilibrados.

La teoría del Yin y el Yang en Feng Shui es que todo en la naturaleza, en el cuerpo, en las relaciones cambia, que siempre evoluciona y nunca se mantiene estancado o parado en el tiempo. Para el Feng Shui hay que aprovechar este cambio para mejorar y evolucionar en nuestra vida.

El equilibrio de estos dos principios Yin y Yang se traduce en bienestar y buena fortuna, mientras que cuando domina una de las dos polaridades, se rompe el equilibrio y aparece la mala suerte.

Hay que aclarar que el Yin y el Yang no son ni buenos ni malos, ambas energías son necesarias en nuestra vida: el día es energía Yang llena de luz y actividad, mientras que la noche es Yin, llena de oscuridad y reposo ¿Podríamos vivir sin la noche, sin la luz, sin la actividad y sin el reposo?

El Yin y el Yang se representa por el símbolo del Tai Chi, se trata de un círculo formado por dos mitades indivisibles, limitado por una línea ondulada que lo parte en dos, mostrando dos figuras idénticas pero opuestas por su color y su posición. Con la peculiaridad de que cada una de las figuras tiene en su interior un pequeño círculo de color opuesto al otro.

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El signo Yin se reconoce como la figura negra y el Yang como la figura blanca, el Yin se sitúa abajo y el Yang arriba.

El Yang es una energía que contrae, empequeñece y se vuelve más densa. Sus características son: calor, acción, rapidez, pesado, brillante, duro, masculino, más agresivo, físico y social, más orientado a la materia.

En cambio el Yin tiene un movimiento hacia fuera, que se agranda, menos denso y de movimiento más lento. Sus características son: frío, expansión, inacción, lentitud, ligero, oscuro, húmedo, frágil, suave, femenino, más psicológico y mental, más orientado al espíritu.

Siempre teniendo en cuenta que a partir del Yin nace el Yan y viceversa y que sin uno el otro no puede existir.

Así obtenemos una manera de clasificar el universo según su forma, color, fuerza…

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