Hace unas semanas, en Villena, ocurría un caso que por desgracia se está convirtiendo en algo habitual por todo el mundo, ya que parece ser que las personas tendemos a reconocer a las abejas como un enemigo natural, cuando en realidad les debemos una parte de nuestra vida.
Hace unas semanas, una abeja reina decidió poner a trabajar a sus obreras cerca del recinto ferial de Villena, en una zona tranquila y apartada de la ciudad, dispuestas a trabajar, a cumplir su cometido, a polinizar alrededor de un tercio de los alimentos que el ser humano consume…
Pues hay personas que no les parece bien que las abejas existan, y poco días después alguien roció un liquido inflamable alrededor para acabar quemando el panal.
Estos actos, junto a el cambio climático, la exposición a insecticidas y pesticidas y al polen intoxicado proveniente de cultivos transgénicos, entre otras razones, las abejas no encuentran un ambiente adecuado para sobrevivir. Sin abejas, la vida sobre la tierra cambiaría drásticamente, ya que son esenciales en la reproducción de miles de plantas, frutas y cultivos.
¿Y como actúo si me encuentro un panal de abejas?
Si el panal esta en una zona alejada de la ciudad donde no molesta a nadie, recuerda que planeta tierra tiene una superficie de 510.065.284,702 km2, ¿no crees que cabemos todos?
Si el panal se encuentra en una zona de paso o puedan ser molestadas, solo tienes que llamar al 112 y unos especialistas se encargarán de moverlo.
Albert Einstein dijo: “Si la abeja desaparece de la superficie del planeta, entonces el hombre sólo tendrá cuatro años de vida. No más abejas, no más polinización, no más plantas, no más animales, no más hombre”.