Rubén Plaza citó en muchas ocasiones la palabra vida cuando tuvo que explicar en Gap cómo había sido su victoria, después de un final de etapa memorable: todo lo hizo bien. El momento de atacar, el momento de guardar fuerzas, el no arriesgar en las bajadas. Todo.

Y es que si algo tiene este gigante nacido en Ibi (Alicante), mide 1.91, es experiencia. De hecho la tiene toda. Podría haber visto esta etapa por televisión, porque a lo largo de su carrera han sido varias las ocasiones en las que se ha visto fuera del ciclismo.

Fue uno de los mejores juveniles y aficionados de España, luego un corredor de ida y vuelta en el mundo profesional, que debutó con el Banesto, inició un periplo largo por otros grupos deportivos, para terminar volviendo a la casa madre. Estaba destinado a ser un ciclista importante hasta que los avatares de la vida, esa palabra que empleó este lunes varias veces, le hicieron moverse en un tobogán que parecía no tener ningún final.

En varios de esos grupos, Benfica y Caisse d’ Epargne, coincidió con el portugués Rui Costa, que fue el que le ayudó a fichar por el Lampre cuando Movistar no lo renovó su contrato: «Rui me ayudó a fichar por Lampre. ¿Si pensé que tenía que dejar el ciclismo el año pasado? Ha habido otras ocasiones en las que lo vi mucho más negro», explicó.

A Plaza le salpicó de lleno la ‘operación Puerto’. Le metieron en ella cuando corría en el equipo Kelme. Eusebio Unzue se la jugó y apostó por él. Estando concentrado durante un invierno en Pamplona, el técnico navarro se encontró un periódico con el siguiente titular: «Unzue ficha a un corredor implicado en la ‘operación Puerto’».

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Estuvo parado ocho meses. También pasó dos años en el ciclismo portugués, cuando era, y es, un pedazo de corredor que ha sido en dos ocasiones campeón de España de ruta, además de conseguir un buen número de victorias y de poder trabajar en momentos complicados para otros compañeros.

Mientras van desfilando todos los protagonistas de la etapa rememoramos que en sus inicios, tuvo que dejar de correr porque sus tendones no aguantaban una estructura muy fuerte y se resentían sus rodillas. Banesto, Unzue, ya le tenía controlado. Estuvo un tiempo sin correr, la única forma para conseguir mejorar su estado físico.

Sin apenas entrenar ganó tres campeonatos de España, carretera, contrarreloj y persecución. En profesionales siguieron sus problemas y le tuvieron que operar. La segunda operación le tuvo un año y medio parado. Luego llegarían los ocho meses que antes hemos citado. Por eso este lunes, en Gap, se acordaba de su mujer, de su hijo y disfrutaba de un triunfo que sólo tiene una explicación: la clase. Plaza iba para figura, se quedó en un buen ciclista y hay cosas que nunca se pierden.

Lograba a los 35 años la victoria más importante de su carrera. Sin Rui Costa en el Tour, Lampre había dado libertad a sus corredores para que pudieran moverse y Plaza fue el primero en aprovechar esa libertad. Formó parte de una escapada que llegó con una ventaja de escándalo al puerto de Manse y lanzó sólo un ataque, el que le valdría el triunfo. Nadie se movió a por él y para cuando Peter Sagan se percató de que se le iba la carrera ya fue tarde.

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