El jueves 18 de octubre, Ágora Habla tuvo el placer de disfrutar con los sabores de la tierra, sabores traídos por Restaurante Mesón La Despensa para deleite de unos pocos que estábamos allí presentes. Pocos por decir algo, ya que el restaurante estaba lleno. Las cenas-maridaje de José ya son un clásico y nadie quiere perdérselas, incluidos nosotros.

La carta para ese día lo decía casi todo, buena comida, variada y cocinada con el mayor de los mimos, y encima maridado con los caldos de Bodegas Volver, una velada donde no se podía dejar de salivar.

1. «Anchoa del cantábrico y escalivada sobre pan de pueblo» – Tarima Mediterráneo:

Se trataba de un vino de uva monastrell de Alejandría, un vino con unos aromas muy tropicales, mango, maracuyá, melocotón, plátano… aromas que al paladar volvían a la mente junto a flores y el sabor característico de un vino monastrell.

Llegaba el momento de probar la tostá, donde la salinidad típica de la anchoa quedaba totalmente contrarrestada con el sabor del Tarima Mediterráneo, es más, cuando probabas de segundas el caldo, éste parecía otro diferente, una explosión de sabores alucinante. Buenísimo, y solo acabábamos de empezar.

2. «Espárragos tardíos de Villena – Tarima Rosado:

Es difícil maridar un vino con unos buenos espárragos trigueros, pero aquí La Despensa arriesgó, y es que no era para menos, había que dejar en el lugar que merecía al «Autentico espárrago de Villena» de la compañía villenense Green Asparagus. Degustamos un manjar, que sabor más bueno tenían los espárragos, y eso que nos decía el responsable de tal manjar, que eran tardíos… no queremos saber como estarán el resto.

El vino muy rico también, pero es cierto, era difícil maridar el espárrago. El vino con aromas a geranio, violetas, era un vino salino, algo más fuerte al paladar que el anterior, nos dejaba ganas para algo más, y así era, llegaba el turno del bacalao.

3. «Bacalao en tempura con crema de piquillos» – Tarima:

Como se puede comer un plato tan exquisito como éste, fue increíble probar el primer bocado y alucinar con el sabor del bacalao, ese crujiente al cortarlo hacía que creciera la expectación y no falló, alucinante, y es que cuando combinamos esa exquisitez con el vino, los comensales nos mirábamos incrédulos por tanto sabor bueno junto.

El vino era de uva monastrell, criado en barrica 3 meses, un vino untuoso al paladar de un color cereza y con unos aromas a frutos del bosque y madera. Astringente al catarlo, pero ese punto ácido era totalmente contrarrestado con la crema de piquillos, y aunque era un vino tinto, el plato y el caldo casaban a la perfección.

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4. «Secreto Ibérico, bizcocho de dátil y ensalada de col» – Tarima Hill:

En este caso hay que hablar primero del vino, ya que se trataba de un vino que se encuentra en el nº 17 de los mejores vinos del mundo, y con toda la razón ya que sus 14 meses de crianza en barrica francesa, hacía que su color fuera potente, unos aromas distintos al resto de vinos de la velada, higos, mora, grosella, muy espaciado, olor a romero, tomillo e incluso a ñora, al paladar, un punto amargo al fondo, que hacía salivar, mucho sabor a fruta madura, muy rico, sí señor.

El plato, uno de los platos estrella de la casa, poco se puede decir de algo que es tan especial en Restaurante Mesón La Despensa, simplemente riquísimo y al combinar con el vino, doblemente rico.

5. » Carpaccio de piña, helado de coco y pimienta roja»:

Y tristemente, iba llegando el final de la velada, pero José nos tenía una sorpresa muy agradable, un postre ligero, para digerir todo lo anterior con gusto y elegancia pero con la sorpresa de un maridaje más, en este caso un vino espumoso blanco, 100% moscatel de un tono amarillo pajizo y un olor a piña, albaricoque y maracuyá que quitaba el sentido, un fin de fiesta digno de la jornada completa.

Resumiendo, la velada fue estupenda, una compañía estupenda, muchas risas, grandes platos, grandes vinos y muy grandes profesionales al frente de la jornada.

Hay que agradecer la profesionalidad de Pepe Vidal (a la dcha. en la foto), enólogo y comercial de Distribuciones Valero que nos guió durante toda la cena con los caldos, con los toques y la elegancia del sumiller de Bodegas Volver, Miguel Ángel Bravo (A la izq. en la foto) que se encargaba de matizar en puntos claves del maridaje. Y como no a Jose A. Inarejos de Restaurante Mesón La Despensa junto a todo su equipo, que organizaron una cena exquisita para los allí presentes.

La noche finalizó ofreciéndoles un gran aplauso a todos, incluido el equipo de cocina que tuvo que salir a recoger su merecido premio, ese aplauso de gratitud por el buen hacer.

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