En el artículo publicado el lunes día diez firmado por Faustino César Alonso Puig como portavoz de Ciudadanos de Villena, su autor corta, pega y repite el argumentario de su jefe político.

En él afirma que “los presupuestos han discriminado a la Comunidad Valenciana” y son los presupuestos del PP y, sin embargo, los votaron a favor con entusiasmo mal contenido. Y además, declarándose como se declaran en contra del concierto vasco (acuerdo de financiación específico para el País Vasco), alaban al PNV y a Coalición Canaria porque “se sentaron a negociar”.

Creemos que esto tiene un poco de surrealismo y mucha ignorancia interesada:

1.- Los presupuestos del PP no hubieran salido adelante sin el apoyo de Ciudadanos.

2.- La única negociación del PP con el PNV y CC se concretó en cuánto dinero de más me toca. Si a eso lo llama “negociación” nosotros lo llamamos compra-venta.

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También es curioso que por un lado, afirme que “Compromís y la Izquierda Radical se han dedicado a “estar en la cafetería en lugar de los despachos” y después apunta que presentaron, junto con otros partidos, 5.500 enmiendas. Enmiendas que por supuesto, los grandes trabajadores de Ciudadanos, ni se molestaron en leer, simplemente las rechazaron “al peso”.

Queremos informar al señor portavoz de Ciudadanos en particular y al pueblo de Villena en general, que no es verdad que los diputados de PODEMOS acabaran con la cerveza de la barra del bar del Congreso y escribieran las enmiendas en servilletas, como insinúa el citado portavoz. El grupo parlamentario de UNIDOS PODEMOS además de trabajar en la redacción de muchas de esas enmiendas, presentó un presupuesto alternativo que cualquiera puede consultar en la página web del Congreso de los Diputados.

La fuerza de PODEMOS se fundamenta en la ilusión de hacer las cosas de otra forma, no en conformarnos con “LO MUY MALO CONOCIDO” y encima justificarlo. No somos la marca blanca ni la cara B de ningún otro partido (ver Murcia, Madrid, etc.). No nos conformamos con intentar parecer que las cosas cambian, luchamos para que cambien, luchamos para expulsar a los mercaderes de la política.

Por último, nos gustaría que lo de llamarnos “izquierda radical” nos explicara si lo dice como un halago, como un insulto o simplemente por meter miedo a la gente porque la considera como a los niños (que viene el coco…), aunque intuimos que es por su propio miedo a que cambiemos de verdad la política, no solo en las formas, sino también en su contenido y sus consecuencias.

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