Al igual que los movimientos sociales, que los mejores ideales, que las luchas justas que nos hacen volcarnos con todo a lo largo del mundo, necesitan de apoyo detrás. Cuando queremos a algo lo valoramos y hacemos lo imposible por mantenerlo. Pero a veces no nos damos cuenta y creemos que la lucha ya está ganada y que los cambios son para siempre.

La desaparición del festival Aúpa Lumbreiras señala como culpable a mucha gente, nos creíamos que se celebraría año tras año sí o sí por el dinero que deja de beneficio y nos equivocamos. Tanto los y las asistentes, los y las organizadoras, las instituciones públicas, los recaudantes privados, habían gozado con su establecimiento en Villena, y la corriente de opinión pública también parecía soplar en favor del Aupa. Sin embargo, algo ha pasado para que después de tres Aupa, Sufriendo y Gozando haya decidido no celebrar el Aupa nunca más.

Mientras, se anuncia a bombo y platillo que el Leyendas del Rock se mantiene, e incluso aumenta su número de días de conciertos a 4. Quien organiza está claramente separando un festival de otro. Y eso es lo que nos debe invitar a una reflexión.

El mensaje que se nos traslada es que algo se ha hecho mal, y me niego a culpabilizar a unxs cuantxs. Creo que de fondo hay más razones. Y lo sé porque esos cuantos en el Leyendas, aunque hubieran existido, no hubieran provocado la desaparición del festival.

El Aupa se va porque no lo hemos cuidado. Hemos dejado que la atención se centrara sobre percepciones negativas. Que si la música del festival es contraria a todo (Estado, policía, normas,…), que si la gente que va viene con pocos recursos y es de ideales revolucionarios y antisociales, por poner unos ejemplos . Yo me pregunto ¿y qué?. Si pensar que el Estado oprime a las personas no es malo en principio, si tener ideales activos no es malo, si volcarse en vivir la experiencia del Aupa es algo que dice mucho de la actitud crítica y solidaria de las personas.

Lo malo es que hemos permitido que estos ideales, solidarios, revolucionarios y nuestra actitud crítica con la sociedad actual deshumanizada e individualizada, queden en segundo plano y que la gente solo viera en el Aupa a un montón de gente violenta, que se crean las mentiras mediáticas de que es la gente que solo busca hacer daño a la policía en las manifestaciones, que sea un lugar el Aupa donde va la gente radical.

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Nos robaron el significado del Festival antes de implantarse. Y se ha luchado desde muchos lugares para cambiarlo y mostrar que el Aupa es un lugar donde la gente dialoga constantemente, donde no hay ningún tipo de tensión, un lugar reservado a la broma, diversión y el amor, un punto de partida más para darnos cuenta de los que nos une a toda la gente anticapitalista y empezar a hacer acciones de resistencia y desobediencia civil no violenta.

Se ha luchado desde el Ayuntamiento, desde organizaciones y asociaciones de Villena, desde medios de comunicación, desde el apoyo popular al Lumbreiras (sobre todo el juvenil). Pero ahí está el error: no se ha sabido acercar a toda la ciudadanía al Aupa. Porque yo podía encontrarme perfectamente en el Leyendas a familiares, mientras en el Aupa no.

Me pregunto ¿por qué el Aupa no ha tenido ese día gratuito, que tanto ha cambiado la mentalidad de la gente que ha ido a ver el Leyendas? ¿Por qué la seguridad y la limpieza ha sido distinta en el Leyendas comparada con el Aupa?

Creo por eso, que unxs tienen más culpa que otrxs, pero al final hemos sido muchxs quienes hemos fallado en algo. El PP sobretodo ha mostrado su oposición al Aupa, al igual que ese tal Velasco con su artículo «¿Merece una reflexión?», pero me parece que ha habido una especie de resistencia pasiva de más edad al Festival, que no hemos sabido valorar, y a la que no hemos invitado a conocer de cerca el Aupa.

Pero ya no habrán más Aupa. Nos han quitado este lugar de encuentro y celebración a mucha gente, en medio del deslucido y caluroso verano villenero. Me gustaría saber si aquel incidente desagradable en medio del Aupa ha sido consecuencia de una actitud accidental, porque si es así el Ayuntamiento debería de presionar para que se vuelva a celebrar. Creo que nadie opina eso, y por eso, para el Ayuntamiento este comunicado de no celebración es más un alivio que una desgracia. Sigue pensándose que el Aupa es un lugar donde todo valía, donde se podían exacerbar las conductas violentas que no tienen por qué ser antisistema.

Lo que pasó tiene difícil justificación y ahora le toca pagarlo a las demás personas que solamente íbamos a allí a disfrutar. Lo que pasó merece una reflexión en todo el elenco de personas que nos gusta esa música y su mensaje, entender que ahí se va a disfrutar y a hablar de política si se quiere, pero que no se va a allí por motivos de lucha política, y menos una lucha sin sentido y sectaria.

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