Dentro de poco comenzará el nuevo curso. Hay nervios entre los niños y también en los padres, sobre todo si este año comienzan por primera vez el curso escolar con 3 años.

Hoy os queremos hablar sobre un tema del lenguaje de los niños más pequeños, que a veces os preocupa a padres y familiares. Se trata de la Disfemia o tartamudez evolutiva infantil.

Hablamos de disfemia cuando la fluidez del habla se ve interrumpida por repeticiones y/o bloqueos que “paralizan” por unos momentos lo que la persona está tratando de decir. Éstos serían los síntomas principales de la tartamudez. En otros casos estas repeticiones o bloqueos se pueden acompañar de tensión muscular visible en el cuello, en la cara…, y también puede haber tics en otras partes del cuerpo.

En el caso de los niños pequeños, aproximadamente de los dos a los cuatro años muchos de ellos pasan por una etapa que los logopedas denominamos Tartamudez o disfemia evolutiva. Es un tipo de tartamudez “normal” (normal entre comillas, porque siempre recomendamos consultar a un profesional para observar y dar pautas a las familias). Ocurre a esa edad en la que los niños están desarrollando su lenguaje, pero todavía no lo dominan del todo a nivel de articulación, vocabulario, estructura de la frase, etc. Los niños quieren decir muchísimas cosas, pero su nivel de madurez fisiológica todavía no está del todo a punto, y es cuando surgen los titubeos, repeticiones de sílabas y algunos bloqueos. Y aunque hemos dicho que es una etapa “normal”, dependiendo de algunas variables (historia familiar, entorno, estilo comunicativo y educativo de los padres,…) podemos hacer que la disfemia desaparezca o por el contrario que se agrave.

Os damos algunos consejos para esa etapa, si vuestros hijos, sobrinos o niños de conocidos la están pasando:

Lo primero que tenemos que hacer es no alarmarnos ni mostrar preocupación excesiva delante del niño. Observaremos en qué situaciones se dan esas repeticiones o bloqueos. También observaremos nuestro estilo de habla, ya que si nosotros hablamos rápido, es probable que los niños nos quieran imitar; así, debemos siempre hablar más despacio, sobre todo con ellos delante. No debéis hacerle notar que se bloquea; por ejemplo, frases del tipo “pero dilo sin tartamudear, no te enganches”, o imitarlo porque nos parece gracioso, van a perjudicar mucho al niño.

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Os recomendamos siempre preguntar cuanto antes a un profesional, que os dará información y pautas específicas para vuestro caso.

¡Felices fiestas y feliz comienzo de curso!

Irene Conca Conejero

Logopeda COLCV 46.170

www.centrosendas.com

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