No ofende quien quiere sino quien puede. Por tanto, no me pronuncio
como ofendido, solo como aludido. Evitaré tomar en consideración
las descalificaciones personales vertidas por Cate Hernández en su
rueda de prensa del martes. Quiero pensar que son fruto del enfado y no
de un análisis sosegado y objetivo. Tampoco acostumbro a juzgar a
las personas por una conducta aislada. Así pues, mantendré mi buena
opinión de la edil Verde.

Quizá la ofuscación le
impida reconocer que en mis declaraciones mencioné literalmente que
el Plan de Felicidad, Igualdad y Diversidad (FID) tiene bondades.
Aunque se necesita separar el grano de la paja para ajustarnos,
además, a la legalidad vigente. Las prisas no son buenas ni en el
sexo ni en la política.

La libertad individual y
los derechos de las personas han de ser fomentados, garantizados y
protegidos por los poderes públicos. Si bien la Administración
municipal, en este caso, no tiene potestad para entrometerse e
inmiscuirse en la vida privada. Eso solo ocurre en los regímenes
totalitaristas y dictatoriales. Al igual que en un Estado
aconfesional se ha de respetar que cada uno en su casa sea creyente o
ateo, con independencia del dogma que predica la Iglesia católica o
cualquier otra institución religiosa, el Ayuntamiento no puede
pretender adoctrinar e imponer ciertas prácticas a los individuos
que se circunscriben a su vida privada.

El límite para una feliz
convivencia siempre será el respeto a la libertad del otro, a la
democracia y al sistema jurídico. Por supuesto, vivimos en una
sociedad imperfecta en la que debemos seguir reivindicando aquellos
cambios que aseguren la igualdad entre mujeres y hombres desde los
postulados éticos, socialdemócratas y progresistas que siempre han
supuesto las políticas efectivas, no efectistas, llevadas a cabo por
el PSOE. La igualdad no debe confundirse con da igual cómo
conseguirla porque el fin y el medio son igualmente importantes. El
bien común no ha de ser nunca excluyente.

Lo que propone el Plan
FID es condicionar la vida de los vecinos y las vecinas de Villena.
Entre otras cosas con esta herramienta se pretende conocer el
perfil de diversidad interno y externo (del personal y de las
personas usuarias del Ayuntamiento);
trasladar los criterios del
FID a las asociaciones, obligándolas a que lo cofinancien junto al
Consistorio; señalar en una guía las asociaciones que lo han
asumido y cuales no; promover el desarrollo de identidades corporales
y relaciones afectivo-sexuales felices y empoderadas con
preadolescentes, adolescentes y jóvenes; realizar una serie de
actuaciones más propias de un programa electoral que de un plan
municipal; y celebrar determinadas fiestas. Asimismo, el equipo de
gobierno Verde persigue legislar sobre competencias que no son
propias del Ayuntamiento.

Estas actuaciones e
iniciativas están planteadas por escrito en un documento registrado
e incluido en el orden del día de una Comisión informativa sin
ningún consenso social ni fiscalización del resto de grupos
políticos. Encima, tras desatenderse nuestra solicitud de retirada
por tres veces, finalmente deprisa y corriendo se dejó sobre la mesa
cuando se tuvo constancia de que el Consejo de Igualdad tampoco lo
respaldaba. Una muestra de despropósito, mala gestión y oportunismo
por parte de los Verdes.

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Cate Hernández miente al
decir que el PSOE le dio el visto bueno en la Junta de Gobierno para
incluir esta moción en el Pleno de febrero. En la Junta de Gobierno
solo se dijo que nos enviaría el último borrador del Plan para
revisarlo por si teníamos que efectuar aportaciones. Además, en ese
momento no se informó de la visita de la vicepresidenta del Gobierno
valenciano a principios de marzo. Cuando afirma que “la falta de
quorum no permitió tomar ninguna decisión en el Consejo de
Igualdad”, vuelve a faltar a la verdad. Cate Hernández, a
sabiendas de que no existía quorum para tratar el asunto
, como
así le informaron, solicitó que se debatiera el plan FID en ese
momento
. Las integrantes allí presentes no se mostraron a favor
de su contenido. La representante del PSOE en este organismo
municipal se enteró de la visita de Mónica Oltra justo antes de
entrar a la reunión. Es entonces cuando la concejala de Igualdad
y teniente de alcalde manifiesta que las prisas por aprobar este plan
se deben a la visita de la vicepresidenta de la Generalitat
.

Cate Hernández argumenta
también que “monto gresca” y que no tiene la mano tendida del
Partido Socialista para poder consensuar el asunto. Algo totalmente
falso. El 12 de febrero de 2018 a las 22:25 nos remite por correo
electrónico el borrador del plan FID,
indicando que va a ser
tratado tres días después en el Consejo de Igualdad. Al día
siguiente, y tras un primer análisis del documento, a las 12:57 h.
la portavoz municipal socialista le manifiesta por el mismo cauce
nuestras dudas. Así como que vemos precipitado en tan poco tiempo
poder hacer aportaciones sustanciales.
Hay muchos temas que
trascienden al Consejo de Igualdad y se tiene que ver con
detenimiento, ya que estas medidas van a repercutir en las decisiones
de futuras corporaciones. En todo caso, nos ponemos a su disposición
para redactar un texto por consenso. Ante esta petición, Cate
Hernández, desconocemos por qué causa, no nos ha contestado hasta
el día de ayer. Es decir, una semana después
y tras llevar la
propuesta unilateralmente y sin consenso a la Comisión informativa.

Si la edil Verde hubiera
tenido un interés real en buscar colaboración, hubiera encontrado
sensatez y rigor por nuestra parte, como así ha sucedido en
múltiples ocasiones en esta legislatura. Pero es evidente que tras
no contestar a esta sugerencia del PSOE ni a la propuesta de dejarla
sobre la mesa, Cate Hernández ha puesto de manifiesto lo poco que le
importaba nuestra opinión hasta el día de ayer, antes de salir a
los medios. Lo único que he hecho es ejercer mi libertad de
expresión como representante político, mostrando mi discrepancia e
informando a la ciudadanía.

Desde el Partido
Socialista no aceptamos lecciones de igualdad. Personalmente
reconozco la labor de la concejala del área, pero ha de dejar de
hacerse la víctima. En ningún caso he cuestionado el uso del
lenguaje inclusivo, no sé de dónde ha sacado esa falsa acusación.
Soy el primero que intenta utilizarlo en mi día a día. Pero sí
estoy en contra de las imposiciones absolutistas, de los extremismos,
de las demagogias. Como docente, pienso que es mejor educar que
imponer, concienciar que sancionar. Y lo de su frívola y exagerada
comparación entre el orgasmo femenino y la mutilación genital, no
entro tan siquiera a valorarla. Solo recordarle que esa barbarie
contra la dignidad de la mujer está prohibida y perseguida en
Villena y en España. Es más, no es necesario ejercer de feminista
“oficial” para estar en contra de esa práctica deplorable.
Cualquier persona con sentido común lo rechaza tajantemente.

Para finalizar, no
cuestiono en ningún momento la capacidad de la empresa o la persona
encargada de realizar el plan. Pero sí quiero recordar que el
diagnóstico para poner en marcha esta iniciativa se basa en unas
encuestas que únicamente han controlado desde el partido de los
Verdes de Villena. Lo que cuestiona su veracidad y su objetividad
científica y sistemática. El procedimiento de la toma de datos está
sesgado de partida. Y muy a pesar de las declaraciones de Cate
Hernández, seguimos sin conocer los costes de realización y
desarrollo del plan.

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