Por segundo año consecutivo, un servidor volvió a vivir el ‘Pasaje del terror’ de el Rabal desde dentro, como actor por unas horas, y la experiencia es simple y llanamente espectacular. Esta quinta edición de esta fiesta que con mucho trabajo y tesón organiza el colectivo ‘Las Pencas de la Laguna y los Nabos del Pinar’, junto a la Asociación de Vecinos de El Rabal, cada vez se supera. Y lo hace por que los más de 250 actores que interpretan por las estrechas calles de este emblemático barrio esta representación de «miedo, terror y sugestión», se dejan la piel, haga frío, calor o llueva.
En la pasada edición, formé parte de «El circo» en el grupo de payasos. Ayer, y con el cine de terror como temática, el grupo con el que estuve y al que agradezco el esfuerzo realizado, «Regresión», supimos estar y actuar como si de profesionales se tratara. A pesar de varios «cafres» o me atrevería a decir, «gamberros», que desde la ladera del castillo de la Atalaya, quisieron empañar esta fiesta, algo que por supuesto no hicieron, lanzándonos huevos, piedras y hasta un yogur, que impactó en el cuello de mi hijo, lo que limitó su actuación (agradecer la rápida respuesta de la organización, seguridad privada y Policía Local, que intervinieron al instante).
Fue una tarde larga y llenas de nervios. La comparsa de Moros Nazaries volvió a poner su casa a disposición de la organización, para que pudiéramos prepararnos allí. Era un hervidero. Gente maquillando, cortando telas, preparando el atrezzo. Desde la mañana, y hasta la hora del comienzo, todos eramos uno para que esta quinta edición del «Pasaje del Terror» cumpliera con las expectativas de las más de 1.000 personas que desfilaron por las inhóspitas calles del Rabal.
Como decía, a mi grupo nos tocó la película «Regresión», y más en concreto una escena en la que aparecen en un granero, varios hombres y mujeres realizando una escena de sacrificio. Yo creo que cumplimos con notable alto. Desde las cuatro de la tarde, cuando maquillaron a los dos actores más jóvenes del grupo, Pablo y Marina, hasta que acabamos de acabamos de colgar el último detalle en el espacio donde estábamos nosotros, pudimos reírnos, preparar como si de un partido de fútbol se tratara, todo lo que íbamos a aportar en el espectáculo. Y así fue.
Espero me perdonen si me dejo a alguno, pero gracias a Pablo, Marina, Ceci, Martín, Pablo, Casimiro, José, Míriam, Rubén (uno de los organizadores de «Regresión»), Isabel, José Antonia, Ilenia, Laura y Cari por el esfuerzo, y por un atrezzo que estuvo muy logrado, con música ambiente, velas, linternas, incienso, ruidos, y mucha dedicación. El esfuerzo de tantas horas creo que valió la pena. Cuando nos avisaron que entraba el último grupo al pase, todos queríamos que se alargara.
Verdadero miedo
Desde que entró el primer grupo, el llamado VIP, y seguido por la prensa, con la presencia, por supuesto de ÁGORA HABLA (en el Facebook podréis ver todas las fotos del «Pasaje del Terror»), nos metimos en el papel. Como en todo espectáculo de terror, había gente que se asustaba, y otra no. Norma esencial de la organización, los actores no podíamos tocar a nadie, y los visitantes tampoco a nosotros, algo que, y quizás por la cantidad de gente que pasó durante esas casi tres horas, no se cumplió. No obstante, y como digo, se pudieron contar con una mano, y casi todos eran jovencitos.
Estábamos cerca del final del recorrido, y la gente venía con ganas de acabar, gracias al resto de los grupos que lo hicieron de manera sobresaliente, y se notaba que muchos de ellos estaban sufriendo. Aún así, logramos que todos, y en el buen sentido de la palabra, soltara algún chillido o expresión que podéis imaginar. En esa noche estaba todo perdonado. Pasó el último grupo y todos nosotros rompimos a aplaudir, ya que habíamos realizado un gran trabajo, y una vez recogido todo el atrezzo, nos despedimos, no sin antes quedar ya para el «Pasaje del Terror 2017», que ojalá se realice. Gracias de nuevo a todos los que hicisteis una realidad el sueño de muchos de nosotros. Salud.