Bodegas
Santa Margarita,
de Caudete, lleva algún tiempo produciendo el primer vino del mundo
con cannabis. Algo que ha servido para completar, de momento, su
peculiar oferta de vinos de colores, que tanto éxito está teniendo
fuera de nuestras fronteras. La
revista digital directoalpaladar.com ha
realizado una interesante entrevista al CEO de la empresa, Andrés
Martínez González, que reproducimos íntegra a continuación.
«Encontramos
en la prensa inglesa noticias sobre el lanzamiento de Winabis, un
vino de color verde, infusionado con cannabidiol. Este compuesto de
la marihuana está viviendo un enorme auge en la industria
alimentaria, pues aporta características organolépticas a los
productos sin características psicoactivas. En definitiva, no
coloca, pero es legal y da cierto sabor característico de esta
planta».
El
vino es de Bodegas Santa Margarita, una empresa española, de Caudete, pero no hay apenas menciones a sus vinos en la prensa
española. No encontramos tampoco mucha información sobre sus
anteriores lanzamientos: vinos de colores vivos: azules, naranjas o
rosas (que no rosados).
Preguntamos al CEO de la bodega, Andrés Martínez González, por este aparente
bloqueo informativo, y es muy claro al respecto: “Aquí en España
siempre nos critican y nos machacan, así que hay que buscar las
habichuelas donde te valoran el producto”. Sólo el 5 % de la
producción de la bodega se vende en nuestro país, donde casi ya ni
hacen promoción.
Hace
dos años sacaron un vino azul, de nombre Pasion Blue. En España no
vendieron casi nada, pero el caldo fue un éxito en nuestro país
vecino. “En España no conciben un vino de colores, pero mi mayor
mercado hoy en día es Francia, con el vino azul”, explica
Martínez. “Que aquí digamos que mis vinos son una blasfemia y
Francia sea mi principal fuente de ingresos, tiene cojines”.
Martínez
asegura con orgullo que han roto el protocolo del vino, aunque se le
nota algo molesto por no ser profeta en su tierra: “Vendo a 30
países, en muchos sitios, y siempre que voy a todos estos países me
tratan como a un dios. Y soy un viticultor, bodeguero, pero me tratan
con un respeto, una admiración y un cariño tremendo. Aquí me dicen
que qué coño hago. Si fuese tan fácil, que lo hiciera el resto”.
Cómo
se colorea un vino
No
cabe duda de que los vinos que produce Bodegas Santa Margarita son
llamativos, pero ¿de qué están hechos? “Llevan pigmentación,
que en el 99 % tiene que ser natural, porque si no, no es estable con
el alcohol”. Nada de “polvos mágicos”, asegura el bodeguero.
El vino naranja –una petición expresa de su distribuidor en
Holanda, que insistió en que elaboraran un vino con el color
nacional– lleva caroteno; el azul se logra con la propia piel de la
uva, pero también con frutos rojos y remolacha; y el verde, del vino
de cannabis, se elabora con clorofila de menta.
Los
vinos están teniendo mucho éxito entre los jóvenes y el público
femenino
Los
vinos, no obstante, no tienen el sabor de ninguno de estos pigmentos.
“Lo bonito de todo esto es hacer un vino con un color atractivo,
con pigmentación natural, pero que no cambie el sabor al vino. Cada
vino es de una variedad de uva. En el naranja uso el macabeo, en el
azul chardonnay, en el verde verdejo…”
Martínez
explica que los vinos están teniendo mucho éxito entre los jóvenes
y el público femenino: “A los jóvenes no les puedes dar un
monastrell de 15 grados porque te lo tiran a la cara. Esto tiene 10
grados, es agradable, y los jóvenes se atreven a
probarlo, les gusta y repiten. ¿Por qué me critican cuando lo que
hago es aumentar el consumo del vino?”
El
viticultor reconoce que del mundo de la marihuana no tenía ni idea,
pero tenía claro que había mercado, y no ha dudado en sumarse al
carro de las bebidas con cannabis. “Hay unas limitaciones
tremendas, pero cuando vi el panorama y entendí que la planta se
asocia al verde, pensé que ya tenía vino de color verde, y solo
teníamos que añadir el extracto”, explica Martínez.
“Es
un vino para compartir con amigos”, asegura. “Llegas con esa
botella a casa de alguien, la pones encima de la mesa y todo el mundo
siente curiosidad por probarlo, por olerlo. Es un vino amigable”.
El
Winabis acaba de salir al mercado, pero ya se vende, explica
Martínez, en siete países, a un precio de 16,95 euros. “Es caro,
pero la gente se lo lleva porque es un trofeo”, apunta. “En
Inglaterra estamos vendiendo una barbaridad”. “Los
intransigentes que se pongan a valorar lo que estoy haciendo”,
sentencia el bodeguero.