A las 7 de la mañana del domingo 13 de noviembre, 50 socios y amigos de Aviana, cogimos un autobús para desplazarnos hasta Castellón, con el objetivo de visitar parajes en el parque natural del desierto de las Palmas.
La primera parte del nombre del parque (desierto) es debido a la presencia en el mismo de un monasterio de la orden carmelita, que denomina de esta manera a los espacios dedicados al retiro espiritual (los «Santos Desiertos»). La segunda parte del nombre se debe a la abundancia de palmito “Chamaerops humilis”, única palmera endémica de Europa..
El parque sufrió dos incendios, en 1985 y 1992 pero la vegetación se ha ido regenerando bastante bien y es posible encontrar matorrales típicos de esta formación boscosa como el madroño “Arbutus unedo” (que en esta época tenía abundantes frutos en plena maduración ), el durillo, el brezo, el torvisco, el aladierno, el rusco, el enebro, el lentisco y por supuesto el palmito. En la actualidad la mayor superficie boscosa está compuesta por el pino rodeno y el pino carrasco..
La presencia de la orden carmelita ha dotado al parque de dos importantes monumentos, el Monasterio antiguo (en ruinas) (s. XVII-XVIII) y el Monasterio nuevo (S. XVIII); además se encuentran en el paraje varias ermitas (ss. XVIII-XX) y las ruinas del Castillo de Montornés y el de Miravet .
Una vez llegado al centro de interpretación del parque, después de dos horas y medias de autobús, almorzamos y a continuación una responsable del parque nos ofreció una breve, e instructiva explicación acerca de los pormenores de éste, así como de las posibilidades que ofrecían las distintas rutas.
Entre todas las posibilidades, optamos por la realización de un itinerario circular desde el Centro de Interpretación hasta la Cruz de Bartolo (729m.) y la Ermita de Sant Miquel por el camino de las crestas. Fue una ruta exigente, ya que la ascensión es bastante dura , pero las vistas que en este itinerario se pueden observar hizo merecer la pena el esfuerzo, (Benicasin, Castellón, Oropesa….hasta las islas Columbretes que se encuentran a 60 km de la costa).
De regreso al centro de interpretación, realizamos la parada para la comida en la zona habilitada para ello, para posteriormente efectuar una visita al monasterio y alrededores, terminando, después de un gratificante día la vuelta a casa en autobús.
Fue una jornada donde pudimos visitar uno de los parques de la Comunidad Valenciana más desconocidos por muchos de nosotros. y en un buen día para la práctica del senderismo, comprobar que mereció la pena su visita.