Hace
una semana la Asociación Española de Guardias Civiles denunciaba que los más de
78000 agentes tienen a su disposición poco más de un chaleco antibalas externos
por cada tres guardias civiles. Una situación que nos lleva indudablemente a
compartir chalecos con otros compañeros, algo nada aconsejable y, mucho más,
con la crisis sanitaria que estamos viviendo.

Denunciamos que en unos meses la Dirección General de la Guardia
Civil comenzaría a repartir más de 17.000 de estos chalecos en las diferentes
unidades y, una noticia que debería ser positiva, resulta que es una muestra
más de esa mala gestión, porque no han contado con que muchos de los 25.000 que
están utilizándose en la actualidad ya tienen más de 10 años por lo que tienen
que pasar un test de seguridad y deberán ser retirados los defectuosos.Una prueba, por otra parte, que nos parece
deficiente ya que tan solo se hace un muestreo y no a cada uno de los chalecos,
esto no nos da la seguridad de que los guardias civiles porten chalecos que
protejan correctamente.

Nuestra organización lamentaba que se mantuvieran operativos
chalecos con esa antigüedad con la única garantía de haber testado dos chalecos
por Comandancia, algo que no garantiza que el resto puedan estar defectuosos y,
por supuesto, advertíamos que cuando termine la actual revisión solo se habrá
acometido una reposición de chalecos, por lo que volvemos a la misma situación
un chaleco para cada tres guardias acumulando el sudor diario de tres turnos.
Un año más los guardias civiles seguiremos compartiendo “sangre, sudor,
lágrimas” y este año covid.

Una denuncia cargada de argumentos sólidos que intentaron
maquillas sin éxito, porque la verdad es difícil de esconder, sobre todo,
cuando se trata de dividir el numero de chalecos entre los guardias civiles. La
Dirección General de la Guardia Civil puede buscar mil excusas, pero cuando la
vida de un guardia civil está en juego, ninguna de ellas les puede servir.

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Un relato que rematábamos denunciando que
había puestos donde los guardias no podían compartir ni chalecos, porque
simplemente no había para todos y algunos tenían que salir sin una prenda tan
esencial para el servicio. Se trata de ir a trabajar sabiendo que no estas
protegido ante cualquier agresión con arma de fuego o arma blanca.

Los números son los que son, pero a pesar de ello, no tardaron en
intentar desacreditar la denuncia de AEGC intentando buscar argumentos banales
que solo sirven para apuntalar aún más nuestros argumentos, algo que después de
tantos años de lucha no nos sorprende. Lo que sí nos sorprende es la solución
que han tomado para solucionar la falta de chalecos, porque esta misma semana
algunas Unidades han recibido instrucciones del Servicio de Armamento para
reasignar el número de chalecos individuales de dotación a ser chalecos de
Unidad, es decir, que los guardias que tenían asignados los chalecos
individuales lo deberán compartir con otros compañeros.

Esa es la situación de la seguridad publica en nuestro país,
mientras los policías autónomos, nacionales y locales disponen de chalecos
antibalas individuales de protección, los guardias civiles prestamos servicios
con chalecos caducados y de dudosa efectividad; con chalecos que no son de nuestras
tallas; con chalecos sudados por compañeros en el anterior servicio o
simplemente salir sin chalecos.

Así es y así lo contamos.

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