Según los datos de la propia Guardia Civil en la actualidad los más de 78000 agentes tienen a su disposición poco mas de un chaleco antibalas externos por cada tres agentes.
Con estos chalecos los guardias llevan a cabo una media de más de 7 millones de servicios anuales en los que son necesarios este tipo de protección. Por este motivo AEGC lleva años reclamando que cada guardia civil tenga un chaleco de dotación personal; de la misma manera que se les entrega individualmente su uniforme: pantalones, polos, chaquetas y no se les pide que lo compartan con el compañero.Siempre hemos considerado que los chalecos antibalas tampoco deben compartirse,las razones son obvias: SEGURIDAD, se comparten chalecos que no son de la talla correcta por lo que la seguridad que ofrecen es deficiente.Y la HIGIENE:es precisamente por esta última razón que en AEGC no entendemos como a finales de 2020 y en medio de una pandemia a nadie en la Dirección General de la Guardia Civil se le haya ocurrido que seguir compartiendo este material además de poco higiénico supone, en estos momentos, un alto riesgo para la salud de los agentes.
En las próximas semanas-meses, la Guardia Civil comenzará a distribuir más de 17.000 de estos chalecos en las diferentes unidades y,una noticia que debería ser positiva,resulta que es una muestra más de esa mala gestión, porque no han contado con que muchos de los 25.000 que están utilizándose en la actualidad ya tienen más de 10 años por lo que tienen que pasar un test de seguridad y deberán ser retirados los defectuosos.Un test, por otra parte, que nos parece deficiente ya que tan solo se hace un muestreo y no a cada uno de los chalecos, esto no nos da la seguridad de que los guardias civiles porten chalecos de hace diez años que protejan correctamente.
AEGC no entiende como pueden mantener chalecos con esa antigüedad con la única garantía de haber testado dos chalecos por Comandancia, algo que no garantiza que el resto puedan estar defectuosos. Así que nos encontramos que cuando termine la actual revisión solo se habrá acometido una reposición de chalecos,por lo que volvemos ala misma situación un chaleco para cada tres guardias acumulando el sudor diario de tres turnos.Un año más los guardias civiles seguiremos compartiendo “sangre, sudor, lágrimas” … y este año covid.
Volvemos a comprobar que somos el familiar pobre de las FCSE, porque en el CNP a sus alumnos se les dota cuando salen de la academia de uno personal y en la mayoría de sus unidades lo tienen como equipación personal, mientras en la Benemérita seguimos esperando.Pero hablando de deficiencias no sólo faltan chalecos antibalas, tampoco se han comprado los suficientes sprays de autodefensa y que están recogidos como dotación personal. No tenemos las suficientes defensas extensibles que también están contempladas como dotación personal. En la actualidad hay muchos agentes que no tienen este material y,lo que es aún más grave: hay agentes que han hecho el curso formativo para llevar estas defensas, pero no las tienen asignadas y otros miles que no tienen el curso y no las puede portar. Esto es un ejemplo de la mala gestión que se hace del dinero público. Dinero que,parece ser,tampoco alcanza para comprar a cada guardia civil su linterna reglamentaria,teniéndolas algunos adjudicadas, pero otros no. En esta situación a los agentes no nos queda otra que sacar nuestra cartera y comprar las