Ha llegado el caos a Villena, en forma de intolerancia, o en forma de indiferencia, más bien las dos cosas. Hoy, y ya sabéis que lo hago en muy pocas ocasiones, voy a dar mi opinión de lo que está pasando en Villena, en la ciudad donde vivo, donde tengo mi negocio, donde tengo mi vida y de la que me siento parte. Aunque en estas cosas, creo, que fuera donde fuese, no deberíamos sentirnos cómodos en absoluto.

Ayer en Villena pasaron varias cosas, yo voy hablar de dos, nada tienen que ver entre sí, o sí, juzguen ustedes mismos.

Creo que hoy en día, la sociedad en general es muy intolerante con el prójimo, muy xenófobo y sexista. Y muchos me dirán, «eso está cambiando mujer…» y yo responderé con «hay un camino muy muy largo todavía por recorrer».

Ayer se dio una noticia estupenda, donde poder aprender o descubrir (lo que cada uno quiera) nuevas culturas, culturas que conviven a diario en muchos sitios del mundo y que no conocemos realmente, o solo conocemos la parte mala, la negativa que nos han querido enseñar en muchos sitios. Ayer se abría una puerta al entendimiento entre dos culturas muy entrelazadas en la historia y ayer se podían sacar mucha cosas positivas de esa noticia, pero al final, leyendo, solo nos quedamos, como siempre, con la parte negativa o más bien tergiversamos sus palabras.

Así es como yo lo veo:

Ayer la Comunidad Islámica de Villena, dio su opinión, de forma educada y con sus argumentos, podemos estar de acuerdo o no, sobre una de nuestras costumbres más históricas, La Mahoma. A partir de aquí, estoy segura, que nadie se paró a reflexionar el artículo que había leído, nadie se paró a pensar que otros pueden tener una opinión distinta a la nuestra y que tienen el mismo derecho a exponerla que nosotros. Pero es que además, a partir de ese momento, nadie pensó que la Comunidad Islámica, ha dicho que le encantan las fiestas, que las disfrutan como nosotros y que en el único punto que no están de acuerdo, es el nombre que se le da a la efigie, para ellos sagrado. Nadie, ha pensado en que nos han invitado a una de sus celebraciones más importantes del año y que nos han abierto las puertas del entendimiento de toda una cultura y su religión.

Evidentemente, a nadie le gusta cambiar sus costumbres, para eso son costumbres, pero yo hago la siguiente reflexión, ¿podemos intentar vivir en paz, dejando que los demás vivan en paz también? ¿Podemos intentar acabar con los prejuicios y comunicarnos para saber que le pasa o que opina el de al lado, sin enfadarnos por lo que opinen? y lo más importante ¿podemos llegar a acuerdos que beneficien a todos? Tener un punto de encuentro, perdiendo y ganando todos?

Creo sinceramente que debemos acabar ya con el blanco o el negro, el bien o el mal… porque hay matices, siempre hay matices y solo nosotros podemos hacer que cambie, dejemos ya los malos rollos, los extremismos, los radicalismos, y empecemos de una vez a pensar en común, que es lo que realmente suma.

Por otro lado, no puedo dejar pasar la oportunidad, y este ha sido el tema real, que me ha llevado a escribir este artículo de opinión, ya que estoy, como mujer, totalmente indignada.

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Ayer nos enteramos por los medios, que en Sax se estaban realizando entrevistas a mujeres en las que se les obligaba o exigía desnudarse para conseguir un puesto de trabajo. «¿De verdad estamos en el siglo XXI?» pensé. «¿De verdad tenemos que seguir aguantando estas vejaciones en los tiempos que corren?

Evidentemente, no se la situación personal de cada una para tener que verse sometida a aguantar tal aberración, pero es que creo que nosotras somos las primeras que debemos acabar con estas vejaciones y valorarnos de una vez como iguales. Nada de feminismos o machismos, sino igualdad.

Y para ello, nosotras debemos ser las primeras que atajemos conductas sexistas, y es por ello que hoy digo lo que siento y lo que pienso respecto a la responsabilidad moral y social que los medios de comunicación tenemos con este tema. Y es que estoy totalmente indignada con algunas cuestiones que se publican en redes sociales a través de medios dirigidos en su mayoría por mujeres y que me dejan totalmente perpleja al comprobar como permiten vocabularios totalmente sexistas y fuera de lugar.

Se lanza una pregunta en la red, una pregunta en principio sensata y lógica, pero que termina con otra cuestión fuera de lugar y con una foto, que sinceramente, se podría evitar ya que al final lleva a machismos absurdos. La cuestión es comentada y respondida por mucha gente, entre las que contestan, muchas mujeres, con comentarios más machistas que los hombres. Me llama la atención que solo un hombre es el que pide que se quite la foto, que no hace falta poner la foto de una mujer desnuda para hacer la denuncia que cuestionamos…

Lanzo la siguiente cuestión, si todo esto hubiera pasado con vejaciones a hombres, ¿la pregunta en la red sería igual? ¿Seguiremos siendo indiferentes a lo que pasa a nuestro alrededor? Imaginemos:

«Dos mujeres detenidas en Sax por coaccionar a jóvenes a desnudarse en entrevistas de trabajo a través de Internet… Vale todo para conseguir un empleo? ¿Sábes qué hacen tus hijos, hermanos, sobrinos en la red?»

Foto de http://laesferagris.blogspot.com.es/

Como medios de comunicación debemos tener moralidad y saber que todo no vale para atraer visitas a nuestros medios, tenemos una responsabilidad moral y social con el trabajo que desempeñamos.

Es más, publicamos la noticia con otro titular diferente, ¿qué opináis ahora?


La misma noticia, distinto titular

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